COLUMNA INVITADA

El México que asfixia

Me siento protegida, aquí no hay miedo, es hermoso marchar con nuestras hermanas

OPINIÓN

·
Créditos: Foto: Especial

M: ¿quién va a la marcha?

L: yo

—¿Ligia, ¿dónde nos vemos?

—Moni, quedé a las 2:30 frente al Caballito, sobre Av. de la República. 

—Perfecto, ahí nos vemos. 

—¡Somos muchísimas!

—Me emociona sentir todas las que somos y la enorme energía femenina.

—Mira, Moni, ahí hay una chava sin brassier, tiene el pecho en libertad. Dice que solo trae las perlas de su abuela. 

—Me encanta porque se siente protegida, hoy nadie la toca. 

Foto: Especial 

—En ésta manada todas nos cuidamos, somos tribu, hermanas. 

(Canto: el que no brinque es macho, el que no brinque es macho). Todas brincamos. 

—Ligia, mira ese letrero que dice “seríamos más si no nos estuvieran matando”.

—“Quiero morir de vieja, no por ser vieja”.

—Me siento protegida, aquí no hay miedo, es hermoso marchar con nuestras hermanas. 

—Ligia, cuidado, esas cinco de negro son infiltradas, no vienen con las miles que venimos de morado marchando, mostrando la cara y nuestras consignas. 

—¡Están tirando piedras y traen un martillo con el que le están pegando a las cortinas de metal de los comercios!

—¡Sólo son cinco y nosotras somos miles!

—Me da coraje que los medios solo tomen los destrozos. Nosotras no estamos violentando nada. 

—“Hoy estoy aquí para que mamá ya no tenga miedo cada vez que salgo de casa”.

—“Tú y yo estamos aquí para que nuestras hijas regresen a casa”.

—Una señora mayor con un letrero de “mi miedo se volvió fuerza”.

—¡Ligia! Está cerrado Madero. 

—Entremos por 5 de mayo, es la única que tienen abierta. Me da pánico que nos manden por una sola calle y que haya una estampida. 

—¿Qué es ese polvo?

—Tengo tos y me arden los ojos. 

—¡Moni! Mira, una mujer tocando su violoncello. Se me eriza la piel, estamos unidas por la música. 

Cantamos: Una mattina mi son svegliato,
o bella, ciao! bella, ciao! bella, ciao, ciao, ciao!

—Siguen las de negro golpeando con sus martillos, son muy pocas, pero hacen mucho escándalo, cuidado. Me acaba de llegar un mensaje de mi esposo que no están dejando pasar al zócalo.  

—Ya estamos a una cuadra del zócalo, llegaremos, somos mujeres sin miedo. 

—Se está quemando algo del lado izquierdo de Palacio. 

—Vámonos a la puerta principal, leamos los mensajes de nuestras hermanas. Si te asomas por los agujeros donde amarran las cadenas del muro protector puedes ver los cientos de policías que resguardan Palacio. 

—¡Cuidado Ligia! Están aventando un polvo desde adentro. Tienen miedo. 

—Oficial, no nos cierre la visión, no puede tapar el sol con un dedo, podría ser su madre, su hermana o su hija. 

—No puedo respirar, no puedo respirar. 

SEGUIR LEYENDO: 

Perspectiva de género en la escuela

Merecemos libertad, merecemos paz

dhfm