COLUMNA INVITADA

Tipo de cambio, tasas y crecimiento real

Deberíamos analizar si el valor actual del peso mexicano representa un “equilibrio, en las cuentas externas, en la economía nacional y en los mercados financieros

OPINIÓN

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José Lafontaine Hamui / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Que el tipo de cambio esté por debajo de 18 pesos por dólar, no significa que nuestra economía marche bien, así de claro y asi de simple. Del mes de agosto de 2022 a la fecha el tipo de cambio pasó de 20 a menos de 18 pesos por dólar, una apreciación de más de 5%, sin embargo, del nivel más débil al que llegó nuestra moneda durante la epidemia de Covid 19 en abril de 2020, la apreciación ha sido de 20%. Asimismo, el peso ha sido la divisa emergente que más se ha fortalecido en los últimos 6 meses.  Parecen encabezados espectaculares, sin embargo, como suele sucedernos en el México actual, la realidad se encarga de contrastarlo. Martín Werner sostiene que nuestro país detenta una “economía anémica” y por ello la proyección negativa sobre el crecimiento económico del futuro cercano de México

Lo importante no es el espejismo, y antes de sostener argumentos absurdos y triunfalistas por el tipo de cambio, deberíamos analizar si el valor actual del peso mexicano representa un “equilibrio en las cuentas externas, en la economía nacional y en los mercados financieros. Hay dos variables principalmente,  la cuenta corriente y el tipo de cambio real. La cuenta corriente mide la diferencia entre los ingresos que recibimos del resto del mundo por exportaciones, turismo y remesas y nuestros pagos al exterior por importaciones de bienes y servicios e intereses de la deuda, principalmente. El tipo de cambio real mide el precio de los bienes y servicios en Estados Unidos convertidos a pesos en relación con los precios en nuestro país, es decir, qué tanto más caro es el costo de vida en nuestro principal socio comercial en relación con el nuestro. Hoy el déficit en cuenta corriente es de solo 1.2% del producto interno bruto, significativamente menor que las entradas de recursos por inversión extranjera directa, por lo que no presenta dificultades para su financiamiento. Por otro lado, el tipo de cambio real está a un nivel significativamente más depreciado que el promedio de las últimas dos décadas”. (Martín Werner). El gobierno festeja este espejismo al igual que los gobiernos de las décadas de los 70 y 80, recordemos aquella frase de: Presidente que devalúa, se devalúa, nada más incorrecto. Si bien es cierto que el valor actual de la moneda no es una sobrevaluación.  En 2014 el tipo de cambio estaba en 13 pesos por dólar. En 2015, la caída del precio del petróleo, la amenaza de Trump de terminar con el TLCAN, depreciaron nuestro peso, que de 2017 a 2021, en un 60%.  Con el TEMEC, nuestra moneda comenzó un proceso de apreciación que fue alterado por los efectos de la emergencia sanitaria de Covid 19.  Según analistas, lo que sucede es que se está reencauzando el nivel de equilibrio del tipo de cambio. Ni la depreciación de 2020 ni la apreciación de 2023, son exactas, como se dijo, se está equilibrando y llegando a su valor real

No obstante que el tipo de cambio actual parece una buena noticia, el análisis real de nuestra economía, y sobre todo las razones por las cuales el tipo de cambio se sostiene así,  nos lleva a otro escenario, y aquí sí es derivado del manejo inadecuado de la economía del gobierno.  México fue la economía de América Latina y del G20 que ha experimentado la recuperación económica más lenta desde la emergencia sanitaria de 2020.  La política económica actual es la que limita el crecimiento. Y aquí es donde se devela el espejismo.  El diferencial entre la tasa de política monetaria del Banco de México y la de la Reserva Federal, que hace más atractiva la inversión en activos denominados en pesos, fortalece el valor de nuestra moneda, sin embargo se está generando una deuda importante con quienes adquieren dichos activos. Cualquier movimiento importante o error como hay muchos en la actualidad, podría generar que se exigiera el pago de estos activos al Gobierno, y eso nos podría llevar a una crisis similar a la de 94-95.  Si bien es cierto ese aumento lo consideraron necesario para detener la inflación, lo que es común, se hizo tarde, y eso  siempre trae un precio que pagar. México lo debió hacer en 2020 y 2021.  Nuestro país fue uno de los que a través de su banco central menos bajó sus tasas de interés. Posteriormente, comenzó a subir sus tasas antes que Estados Unidos,  y últimamente México realiza aumentos más agresivos que Estados Unidos, lo que no ayuda a nuestra economía real, sostienen expertos.

El Gobierno está obsesionado y tiene como prioridad evitar depreciaciones del peso, reducir la inflación de manera marginal más rápida, siempre concentrado en la percepción, y no en la realidad, ayudarse políticamente, o no dañarse tanto cuando menos, aunque esta política siga golpeando al sector real de la economía mexicana.  

POR JOSÉ LAFONTAINE HAMUI

ABOGADO

@JOSE_LAFONTAINE

PAL

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