APUNTES DE GUERRA

Mujeres

Piense en los motivos que tienen para manifestarse, y decida qué es lo que más le indigna: las mujeres violentadas o paredes pintarrajeadas

OPINIÓN

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Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Mañana es 8 de marzo, queridas lectoras y lectores, Día Internacional de la Mujer. Una fecha que lentamente se va entendiendo menos como un festejo, u homenaje (¡!) y más como un llamado imperativo a cambiar un desigual e injusto estado de cosas.

Nunca ha sido fácil ser mujer en México, entendido nuestro país desde sus más antiguos orígenes. 

La desigualdad, la discriminación y la violencia sempiternas acompañantes en la lucha por lograr más derechos y oportunidades.

Herederos como somos de culturas profundamente patriarcales —la de los moriscos, la indígena y la española—, no puede sorprender demasiado nuestro rezago, pero obliga con mayor razón a tratar de cambiar las cosas. 

Si bien se han logrado avances en algunos aspectos, como el de representación política, vemos todos los días las secuelas de siglos de inequidad: desde las brechas laborales y salariales hasta la disparidad en el acceso a puestos de dirección en el sector privado, las resistencias son muchas y con frecuencia inamovibles.

Lo cotidiano es espeluznante: desde la primera infancia, las niñas tienen menor acceso a servicios de salud que los niños, son víctimas en mayor proporción de delitos como trata, abuso sexual, rapto o desaparición, además de los relacionados con embarazos muchas veces no deseados: de acuerdo con el Inegi,  23 por ciento de los adolescentes inicia su vida sexual entre los 12 y los 19 años, y de ellos, 15 por ciento de los hombres y 33 por ciento  de las mujeres no usaron anticonceptivos en su primer encuentro.

En lo educativo, hay un vínculo directo entre la maternidad temprana y la deserción escolar, y menos de 4 por ciento de las madres jóvenes terminan sus estudios profesionales.

Las brechas de escolaridad se profundizan aún más para mujeres indígenas, que enfrentan la doble desigualdad de su género y su etnicidad.

Además de la discriminación en los ámbitos laborales, educativos y de salud pública, está el tema central y estrujante de la violencia.

La violencia contra las mujeres domina la narrativa, tanto por las espeluznantes cifras (11 mujeres asesinadas cada día) como por las manifestaciones en protesta por la ausencia de una respuesta de parte del Estado. 

Y en el ciclo (y círculo) vicioso de las noticias, la nota se vuelve la violencia o los desmanes en las manifestaciones en vez de los asesinatos impunes de mujeres. 

Pareciera que hasta en su propia muerte las mujeres terminan desplazadas por la narrativa del patriarcado.

La politización del tema es igualmente deleznable, venga de donde venga. 

La ola sin fin de asesinatos impunes de mujeres que comenzó en Ciudad Juárez, Chihuahua, y que continúa imparable es siempre aprovechada por los partidos, que bien poco hacen para enfrentarla cuando están en el poder.

Así que mañana que vea usted a las mujeres del país manifestarse, piense en todos los motivos que tienen para hacerlo, y decida qué es lo que más le indigna: las mujeres violentadas o paredes pintarrajeadas.

Y pregúntese, también, si no debería usted estar marchando a su lado.

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*Gracias a Signos Vitales, de cuyo reporte
Ser Mujer en México, tomé mucha de la información arriba citada.

 

POR GABRIEL GUERRA
COLABORADOR
GGUERRA@GCYA.NET
@GABRIELGUERRAC

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