COLUMNA INVITADA

Punitivismo contra el perdón

Veo imágenes y videos de la estrategia de seguridad en El Salvador y pienso en el trato inhumano

OPINIÓN

·
Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Veo imágenes y videos de la estrategia de seguridad en El Salvador y pienso en el trato inhumano, la violación de los derechos humanos y la represión por el gobierno de Nayib Bukele contra las organizaciones criminales. No obstante, también debo estar preparado para recibir un puñetazo en la cara si le comento mis críticas contra dicho sistema a alguien que haya sido víctima de estos grupos, ya sea directa o indirectamente a través de algún familiar. Al fin y al cabo, cuento con un privilegio, y ese es el de no haber sufrido el tipo de violencia por el que han pasado cientos de miles de personas. Al menos en este sentido, se puede comprender el apoyo de gran parte de la población salvadoreña hacia dicha estrategia, incluso cuando no se está de acuerdo. Algunos dirán que solo un monstruo puede vencer a otro monstruo. Olvidarse de nuestra condición de humanos resulta la única opción para enfrentar a quienes ya lo hicieron. ¿Ya no hay espacio para el perdón?

Los actos punitivos han regido a las sociedades humanas durante milenios, pues los han considerado indispensables para mantener el orden dentro de una comunidad. "Ojo por ojo, diente por diente" es una frase milenaria que refleja la justicia retributiva que disfraza la ley de venganza. Algunos dirán que es parte de un pensamiento ya "primitivo", pero al mismo tiempo, se continúan celebrando los castigos ejemplares.

El perdón y la justicia no son conceptos separados, aunque muchos los quieran ver así. Perdonar es una de las acciones más difíciles de hacer, no tanto por la naturaleza misma del término, sino porque llevarlo a su máxima expresión resulta extremadamente difícil. ¿Se puede perdonar al asesino de un familiar? Muy pocos podrán decir que sí. Se debe exigir justicia, ¿cómo? Saldar las cuentas del pasado no es fácil, cabe mencionar. Las víctimas merecen reparación, solidaridad, apoyo y verdad, no venganza.

Ciertamente, el debate en las redes sociales se encuentra muy dividido respecto a este tema. Por un lado, hay quienes destacan positivamente las medidas de Bukele, apelando a la inhumanidad de las bandas criminales y a la estadística de la violencia en El Salvador. Del otro lado, varios consideran que se está presenciando un estado de represión en el que las "megacárceles" se prestan a abusos y violaciones de derechos humanos. Pensar en la reinserción social de estos sujetos resulta inadmisible para unos y utópico para otros. Desafortunadamente, las políticas que buscan abordar estos problemas desde la raíz pierden terreno frente a las accionespunitivas.

¿Por qué se habla tanto de esto en México? Porque la violencia domina el territorio nacional y para muchos, en sexenios pasados, la única solución ha sido "ojo por ojo, diente por diente". No es un tema ajeno al país.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

MAAZ