COLUMNA INVITADA

Hacia una nueva política migratoria

Se debe arribar a nuevos acuerdos en la materia que tomen en cuenta la complejidad de la situación

OPINIÓN

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Gustavo de Hoyos Walther / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es un lugar común decir que el problema de la migración no es de fácil solución. No podía ser de otra manera porque esa es exactamente la situación. Entonces, en lo primero en que hay que insistir es que, quienquiera que ofrezca soluciones sencillas a este problema complejo, se encuentra de inmediato fuera de la discusión razonable. A pesar de esto, hay cosas que cualquier persona que haya pensado en el tema tendría que aceptar.

Primero: que cualquier decisión que se tome debe realizarse pensando antes que nada en el interés nacional y sólo subsidiariamente en el interés de otro país. Desgraciadamente, hoy sabemos que el gobierno mexicano le está haciendo la tarea sucia a Washington.

Segundo: que la política de migración debe fundarse en la idea de que las personas migrantes deben ser tratadas no sólo con la mayor dignidad, sino con la mejor ética de la hospitalidad. Cualquier otra manera de comportarse con ellos y ellas debe ser rechazada.

Tercero: que la política migratoria del actual gobierno está fallando colosalmente. Se necesita, por consiguiente, un nuevo plan y una nueva estrategia para que el país cumpla con los mínimos requerimientos contenidos en los acuerdos internacionales sobre la materia suscritos por México, así como por los principios enarbolados por nuestra Constitución.

Cuarto: que la política de migración del futuro debe tomar las medidas necesarias para atraer a personas talentosas de todo el planeta. México debe dejar de ser un laberinto de la soledad y, en cambio, debe abrirse al mundo. Todo esto, desde luego, tiene que ser hecho a partir de estudios serios y de manera planeada.

Quinto: en relación a Estados Unidos, se debe arribar a nuevos acuerdos en la materia que tomen en cuenta la complejidad de la situación, la responsabilidad de ambos gobiernos en mantener una política migratoria de interés mutuo, así como el bienestar y la seguridad de las personas migrantes.

Sexto: el objetivo último debe ser promover la libre circulación de seres humanos entre los tres países de unAmérica del Norte. Pero esto no debe significar que México se cierre al Caribe o a América Central, regiones con quienes nos une la historia, la cultura y la geografía. Pero esta relación, para ser fructífera, debe partir de premisas diferentes a las actuales. Estos seis puntos deberían ser la columna vertebral de un nuevo planteamiento estratégico de México hacia el futuro.

Por ahora, es necesario que el actual gobierno asuma su responsabilidad ante los dantescos acontecimientos en Ciudad Juárez y lleve a cabo todas las actividades necesarias para que se garanticen las mínimas condiciones humanitarias que brinden seguridad a los migrantes en ambas fronteras. Esto es lo mínimo exigible.

 

POR GUSTAVO DE HOYOS WALTHER

PRESIDENTE DEL CNLE

@GDEHOYOSWALTHER

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