La competitividad del comercio exterior es multifactorial, es decir, depende de varios elementos que componen la cadena logística. Lamentablemente cuando un eslabón falla, no solo entorpece a los demás, sino que desata serias consecuencias que siempre impactan los tiempos de distribución y los precios finales de las mercancías.
Por la aduana de Nuevo Laredo, Tamaulipas cruzan al día alrededor de 14 mil cajas tráiler entre importación y exportación, siendo el centro logístico más importante del país, donde se concentra el mayor número de operaciones totales de la actividad comercial entre México y los Estados Unidos. Un paso vital no solo para estas dos naciones sino para conectar a Norteamérica con América Latina. Tan solo en el 2022, por este puerto fronterizo se recaudaron 164 mil millones de pesos y el 15.07% del IVA nacional.
Actualmente se están generando embotellamientos de más de 100 kilómetros en la autopista Monterrey-Laredo, que es la vía de acceso de entrada y salida natural de todo este movimiento de carga que cruza por la aduana de Nuevo Laredo. El cuello de botella se da específicamente en la caseta de cobro de Sabinas Hidalgo, Nuevo León en el sentido de sur a norte (Monterrey – Nuevo Laredo), la plaza de cobro 108, a cargo de CAPUFE.
Las principales causas del problema son los continuos fallos de los lectores de pago electrónico, ya que, al fracasar la lectura, los trailers tienen que reacomodarse o cambiar de carril en la caseta, lo que implica mucho tiempo de maniobras para conseguir el espacio suficiente que necesitan los choferes para maniobrar; en otros casos, el chofer tiene que dictar el número del tag al personal de la caseta para una captura manual, lo cual retrasa la operación y anula el sentido de tener tecnología para eficientizar el proceso.
Sumado a esto, los choferes denuncian que hay un solo carril exclusivo para dichos lectores electrónicos de pago por lo que al haber fallas, toda la fila se debe mover a otro módulo. Pero esto no termina aquí ya que hay veces en que la falla es general en todos los módulos, teniendo que esperarse ahí los camiones a que los sistemas vuelvan a funcionar.
Luego están los choferes que poco conscientes del problema, crean una pesadilla mayor al cruzar la caseta y al no tener áreas designadas para el descanso, se detienen en las orillas de la carretera, lo que empeora el tráfico al disminuir de cuatro a dos carriles.
Toda esta situación como es lógico ha generado también varios accidentes por choferes que cansados por ir en las largas filas se quedan dormidos, aunque sea por instantes. Los choques son cada vez más frecuentes cuando hay cambios de carriles por el limitado espacio entre los camiones que hacen la fila, lo que suma a los retrasos por esperar a los seguros y arreglar la situación.
Los principales organismos empresariales de Nuevo Laredo han pedido la intervención de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para poner fin a estos retrasos y evaluar la posibilidad de ampliar la caseta, construir nuevas áreas de descanso cerca de la misma para atender el volumen de unidades, pero sobre todo hacerla funcionar con los equipos que ya están.
Nadie duda de que la tecnología ayuda a mejorar la competitividad y la seguridad del país, pero no solo se trata de invertir en su instalación para después olvidarse de ella.
Es necesario darle mantenimiento y tener todo actualizado al día. De ahí que el sector privado representado por la CANACAR, la Asociación de Agentes Aduanales de Nuevo Laredo, la Asociación de Transportistas de Carga NLD, sumados a las autoridades municipales de Nuevo Laredo y estatales de Tamaulipas, estemos planteando cuatro peticiones al gobierno federal:
1) Que los lectores funcionen a la perfección.
2) Más carriles y módulos en las casetas para atender la demanda de la carga que cada día aumentará.
3) Más personal para atender las contingencias y evitar congestionamientos, y
4) Ubicar cerca de la caseta, áreas de descanso para los trailers.
Urge solucionar esta problemática que está creando severos retrasos en la logística del país y cuantiosas pérdidas económicas para los importadores y exportadores que confían en la aduana más importante de México.
José Ignacio Zaragoza A.
Experto en Comercio Exterior
@ignaquiz
MAAZ