OJOS QUE SÍ VEN

Fuera de control

El presidente ¿será consciente del enorme riesgo que estas campañas de odio podrían desatar? Estoy seguro de que esta avalancha se le está saliendo de control.

OPINIÓN

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Jesús Martín Mendoza / Ojos que sí ven / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los seguidores de Andrés Manuel López Obrador están completamente fuera de control. Sean personas autenticas o “bots” en redes sociales, el nivel de odio, descrédito y amenazas se ha convertido en una especie de brazo de fuerza de la actual administración. Aunque el presidente mexicano se ostente como un hombre tolerante, promotor de la libertad de expresión y sin ánimos de odio, en los hechos es todo lo contrario. Sus seguidores y la estrategia de redes sociales que promueven presuntamente Jesús Ramírez vocero de la presidencia y Sanjuana Martínez directora de Notimex han creado una realidad contraía a la pregona el señor López Obrador. Ellos sí odian a quien contradice al amo, son intolerantes con la crítica y con la demostración de hechos de las equivocaciones gubernamentales, emprenden campañas de odio y descredito mediático en las redes sociales. El presidente ¿será consciente del enorme riesgo que estas campañas de odio podrían desatar? Estoy seguro de que esta avalancha se le está saliendo de control. El domingo 26 de febrero se realizó el plantón más importante organizada por la sociedad civil. Un plantón en el Zócalo que buscó exigir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación independencia en sus decisiones sobre las acciones de inconstitucionalidad sobre las reformas de las leyes secundarias del Instituto Nacional Electoral que, en pocas palabras, desarticulan la operatividad del instituto para las elecciones presidenciales de 2024. La gigantesca manifestación buscó dar soporte y apoyo ciudadano a la Suprema Corte para que determinen válidas estas acciones de inconstitucionalidad y con ello dar marcha atrás al también llamado plan B y de esta forma garantizar una elección confiable en 2024. Sin embargo, desde que Norma Piña, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fue elegida nueva presidenta, los ataques del presidente mexicano se han escuchado un día sí y el otro también. Luego de que el presidente aseguró que con la llegada de Norma Piña se han incrementado los corruptos en el sistema judicial mexicano y sabedor de que, con Piña, su intención de desmantelar el INE no verá la luz, aparecieron amenazas de muerte en contra de la ministra presidente. ¿Esas amenazas vienen del ejecutivo? Es poco probable, aunque no imposible. ¿Vienen de los seguidores de amlo? Esta hipótesis es un más plausible, sin embrago debe ser la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México quien investigue el origen de estas amenazas. ¿Se imagina un feminicidio de estas proporciones lo que podría provocar en tiempos de elecciones? ¿lo que esto significaría en la opinión pública? Si estas manifestaciones de odio no vienen del ejecutivo, y son producto del ánimo de división y confrontación que ha sembrado el presidente mexicano a lo largo de estos cinco años, ¿puede el ejecutivo detener esta avalancha?, ¿se hará responsable de los efectos secundarios de su discurso de odio? ¿Se imagina a México con un asesinato de una ministra presidente, de un presidente de legislativo o de un periodista influyente? López Obrador debe ser el primero en hacer un llamado a sus irreductibles huestes a que dejen de violentar, insultar y amenazar. Que entiendan que cualquier acción en ese sentido va en detrimento de la imagen de lo que buscan perpetuar. Seguir con el discurso de odio y división puede llevar a la sociedad mexicana a un punto de no retorno. Esa preocupación es lo que mueve las enormes manifestaciones de la oposición; evitar que el país se nos desmorone en las manos. De no hacerlo así, el presidente será el responsable de la violencia y la muerte que puedan ocurrir en la disputa por el poder en 2024.

Corazón que sí siente

Merrick Garland fiscal general de justicia de Estados Unidos declaró en comparecencia que su país vive una horrible epidemia (sic) de fentanilo provocada por los carteles de Sinaloa y Jalisco. El fentanilo es el enemigo público numero uno. Padres de familia, no lo tomen a la ligera.

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
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