LA NUEVA ANORMALIDAD

Matanga dijo la tanga

Supongamos que a un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación le gustara tomarse fotos en tanga roja. ¿Le quitaría solvencia o probidad?

OPINIÓN

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Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es probable que tras el handle de Twitter @QVeritatem01 haya un perfil creado para alimentar operativos en redes en favor del gobierno: así llevan a pensarlo la relativa novedad de su creación –marzo de 2022–, lo exiguo de su comunidad –sigue a 328, lo siguen 154–, la identificación de una mayoría de sus seguidores como “AMLOvers” y el interés casi monomaniaco por denostar a Lorenzo Córdova.

En días recientes, la cuenta ha elegido como nueva víctima al ministro de la Suprema Corte Javier Laynez –quien concediera la suspensión provisional del llamado “Plan B” de reforma electoral– a través de una serie de memes cuya intención paródica es evidente: uno, por ejemplo, muestra a un taquero de rasgos faciales parecidos a los suyos, acompañado de la leyenda “Prueba de que con su sueldo estratosférico no le alcanza”. Incluso el menos sofisticado de los lectores podrá colegir que el ministro no tiene un segundo trabajo sirviendo pastor y moronga, sino que la intención de la publicación es la caricatura.

De ahí que resulte difícil que alguien pudiera pensar que las fotografías de un hombre barrigón en tanga roja que acompañan su post del 26 de marzo (“Publican fotos íntimas en estado de ebriedad del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Javier Laynez Potisek. No podemos confiar el futuro de nuestro país a este tipo de gente”) fueran en efecto suyas. Lo que es más, cualquiera que esté al tanto de la cultura pop mexicana identificará en ellas al músico Silverio, cuyo autodenominado talante “grotesco y nauseabundo” lo lleva a quedarse en calzones al final de cada concierto. Se trata, pues de un chiste –aun si tonto– fundado a partir de un hallazgo zonzo pero legítimo: el razonable parecido físico entre Silverio y Laynez.

Grave es que el periodista cercano al gobierno Enrique Galván Ochoa retuiteara aquel post sin más comentario que “Toga de día, tanga de noche”. Que, tras suscitarse un escándalo en redes y medios, Galván haya publicado “Por error lamentable di RT y agregué un comentario a una foto que circula en TT asociando la imagen de un ministro de la Suprema Corte con Silverio. El TT fue borrado. Ofrezco una disculpa” no hace sino refrendar que no entendió el chiste (en cuyo caso reivindicaría su ironía): Galván pensaría, pues, que el hecho de que alguien se tome fotos en tanga roja en la intimidad –Silverio aparece en una recámara– pone en entredicho su capacidad intelectual, su criterio político o su probidad moral.

El diputado Gerardo Fernández Noroña –quien tampoco entendió el chiste y comparte la animadversión del régimen por Laynez– calificó el “ataque” de deleznable por cuestionar lo que alguien “haga en el ámbito privado”. Algo que concita acuerdo entre semejante personaje y quien esto escribe no puede ser sino altamente reprensible.

POR NICOLÁS ALVARADO

COLABORADOR

IG: @NICOLASALVARADOLECTOR

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