Las últimas semanas se han visto eventos que están cambiando el mapa geopolítico mundial de manera acelerada. En este nuevo mapa, China se posiciona como principal rival de Estados Unidos y sus aliados, confirmando que ambos bloques continúan un curso de colisión.
La visita del presidente chino Xi Jinping a Moscú, la semana pasada, en donde designó a Vladimir Putin "querido amigo", confirmó que China eligió apoyar a Rusia.
La reunión de Xi preocupa a Europa y a EU, pues significaría el comienzo de ayuda militar para Rusia, lo que se traduciría en una extensión del conflicto en Ucrania.
La asistencia de China podría llegar en forma de consumibles comerciales como raciones y llantas para vehículos, o equipo logístico como camiones, radios y sistemas de comunicación, pero es probable que también pueda escalar en forma de armamento o nueva tecnología, como drones de combate, misiles y municiones inteligentes. Esta ayuda militar china significaría un cambio en la relación militar chino-rusa que históricamente ha sido inversa.
Casi de manera coincidente, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, estuvo en Kiev para plantar la bandera de Japón en el conflicto. La visita de Kishida es también un cambio paradigmático en la política exterior de Japón, que, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, se ha mantenido fuera de los conflictos internacionales.
Kishida anunció que su país donará 5,500 millones de dólares a Ucrania en ayuda humanitaria y confirmó que el presupuesto militar de su país incrementará a 2% de su PIB para 2027. Ello quiere decir que doblará su presupuesto a más de 100 mil millones de dólares.
Otro cambio sucedió a mediados de marzo, cuando el gobierno británico publicó el Integrated Review Refresh 2023, que articula la visión estratégica de Reino Unido en el mundo.
Dentro de este documento, el gobierno británico indica que actualizará su enfoque hacia China de acuerdo con la "evolución del reto" que representa, llamando este cambio como "uno que define una nueva época en el orden internacional". Anunció que doblará el financiamiento para construir capacidades (militares y de inteligencia) que le permita entender mejor a China y la amenaza que representa, al mismo tiempo, que Reino Unido elevara su presupuesto de defensa de 2% a 2.5% de su PIB - 70 mil millones.
Reino Unido se ha aliado a Estados Unidos y Australia para formar AUKUS y a mediados de marzo también, la alianza trilateral anunció el proyecto SSN-AUKUS que incluye la venta de tres y hasta cinco submarinos nucleares de la clase Virginia a Australia y la construcción de una nueva clase de sumergibles nucleares en astilleros británicos y australianos.
Cerrando el círculo, Filipinas llegó a un acuerdo para expandir la presencia de Washington en nueve de sus bases militares. El presidente filipino, Fernando Marcos, anunció que esta expansión es para contrarrestar una situación terriblemente compleja, que Filipinas sólo podrá navegar con la ayuda de sus aliados. El acceso a éstas bases le permitirá a EU mantener una presencia estratégica en la región.
Para México, el reacomodo internacional representa una gran oportunidad que ya se traduce en un aumento de la inversión extranjera directa, sobre todo, de compañías que están redireccionando sus cadenas de producción para estar más cerca de Estados Unidos, pero China no se va a quedar con los brazos cruzados, moverá todo su aparato político-económico-comercial-militar para responder a sus intereses.
Valdrá la pena que México revise igualmente sus capacidades de defensa en todas estas dimensiones.
POR IÑIGO GUEVARA MOYANO
DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA DE INTELIGENCIA JANES Y ACADÉMICO VISITANTE DEL ATLANTIC COUNCIL, EN WASHINGTON, D.C.
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