El 18 de marzo de 1938 se anunció por radio en cadena nacional el decreto del presidente Lázaro Cárdenas de la expropiación petrolera. La ley había sido aprobada en 1936, pero con la declaración de la medida llegaba un aspecto crucial de este proceso: el apoyo de la sociedad mexicana. El día de hoy se conmemora el 85 aniversario de tal suceso y para ello el gobierno ha convocado una concentración en el Zócalo con el propósito de celebrar la remembranza, así como la soberanía de la nación. Tal vez una manera de emular lo que en su momento fue una muestra del sólido respaldo que tuvo el Estado para llevar a cabo la nacionalización del petróleo.
El cardenismo encontró en este acto una prueba contundente de su poderío y alcance a lo largo del territorio nacional. La inmensa mayoría de los sectores del país mostraron su cobijo hacia la expropiación. ¿A qué administración no le encantaría ver semejante apoyo en torno a sus actos y políticas? Más que una celebración de los 85 años de aquel 18 de marzo, la convocatoria en el Zócalo busca emular el respaldo popular visto en dicho evento. Hacer de la Cuarta Transformación la heredera incuestionable del movimiento cardenista, un periodo de la historia observado con ojos favorables por gran parte de la sociedad mexicana.
Tal apoyo no aparece del día a la noche. El gobierno de Cárdenas utilizo una enorme maquinaria mediática y educativa para promover la ley de expropiación. El historiador Ricardo Pérez Montfort cita en u sobra Estampas de nacionalismo popular en México (1994) un corrido de la época, géneromusical de gran fama nacional en aquel entonces, como muestra del alcance alrededor de lo petrolero en distintos medios, la letra decía lo siguiente: “Los lobos imperialistas aullaron más de la cuenta, nuestras leyes socialistas al demonio los ausentan y el pueblo lleno de enojos les dijo a los desgraciados: exploten por otros lados que aquí ya abrimos los ojos”.
Pensar en el 85 aniversario de la expropiación petrolera en México es reflexionar sobre el potente apoyo popular que tuvo la medida en aquel tiempo, así como la habilidad del gobierno cardenista para comunicar y promover sus políticas a través de diversos medios y manifestaciones culturales.
La convocatoria en el Zócalo de hoy no solo celebra este hito histórico, sino que también busca reforzar la conexión entre el cardenismo y la Cuarta Transformación, en un intento por reavivar ese mismo espíritu de unidad y soberanía nacional.
El legado del presidente Lázaro Cárdenas y la expropiación petrolera sigue resonando en la memoria colectiva de México y continúa siendo una fuente de inspiración para los políticos actuales. ¿Es posible, con el contexto actual, considerarse herederos de un periodo, una política y una medida de hace 85 años?
POR IGNACIO ANAYA
COLABORADOR
@Ignaciominj
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