POLÍTICA PARA A´MAR

Conociendo la política de México

Descubrimos cómo sería un primer acercamiento con la política democrática mexicana. Nuestra mirada indica que queremos saber más

OPINIÓN

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Marlene Mizrahi / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Como comúnmente se dice —hasta en memes—: antes que nada, buenos días.

Les saludo así en ésta, la publicación inaugural de Política para a'mar, un nombre que alude a dos cuestiones principales.

La primera: a como yo, Marlene, Mar, entiendo la política; la segunda, es inspirar amor por ella.

Bien sabemos que uno sólo puede amar cuando se conoce bien a la otra parte, si fuese distinto estaríamos hablando de enamoramiento o ilusión.

Por ello, así como sucede en las relaciones humanas, para amar a la política se empieza por encontrarnos con ella, captar una primera impresión, tener curiosidad, generar un primer contacto y, si nuestro interés perdura, conocer detalles de su día a día para, finalmente, decidir si nos involucramos o no con ella.

Tal es la finalidad de este espacio: dar lugar a esa interacción.

En el vistazo inicial notamos que, al igual que los individuos, la política cuenta con una naturaleza, un carácter que permanecerá siempre igual.

Además, tiene rasgos cambiantes que le dan energía, la hacen compleja y, por supuesto, despiertan la pasión de muchos.

Sin duda esto anima nuestra curiosidad. En el encuentro inicial, lo primero que percibimos de la política es su esencia, una sustancia que coincide con su misión principal: organizar las relaciones de la sociedad.

Y, vaya ¡qué tarea tan difícil! Nos explica que para facilitar este cometido utiliza un esquema, un conjunto de reglas que le ayudan a encaminar sus actividades diarias, y son las de la democracia.

De ahí que se dé a conocer como “política democrática mexicana”.

Nuestra mirada indica que queremos saber más.

Nos enteramos entonces de que el sistema democrático, a diferencia del régimen autoritario, la monarquía o la aristocracia, es una forma de gobierno que busca que todas las personas que pertenecen a una sociedad participen por igual en las decisiones que tienen que ver con su administración.

En efecto, para los habitantes de un país democrático como México, el poder se reparte entre todas y todos como ciudadanos.

Al seleccionar y controlar a nuestros gobernantes lo ponemos en práctica y, aunque se puede ejercer de varios modos, el principal es por medio del voto.

Mientras tanto, los líderes que, con el voto fueron electos para un cargo público asumen la responsabilidad de representar, defender y actuar en el gobierno conforme a nuestros intereses.

Así, en este primer acercamiento con la política democrática mexicana descubrimos su nombre completo y, con un roce, un destello de su forma de ser.

Estamos en la etapa del ideal.

Solo luego, al conocer más, podremos decidir si queremos o no un compromiso con ella.

 

Por Marlene Mizrahi

COLABORADORA

@marlenemizrahi

LSN