Hace unos días, fui partícipe de la presencia del Consejo Editorial y la Secretaría General de la Cámara de Diputados en la FIL de Minería, en donde además de haber instalado un stand con todas las obras publicadas recientemente y de acceso completamente gratuito, se realizaron dos presentaciones en el foro de la UNAM: el libro Cómo ser un asesor legislativo, presentado por la secretaria general de la Cámara, Graciela Báez Ricárdez, y una parte reducidísima del inmenso y fabuloso catálogo de publicaciones del Consejo Editorial por parte de su presidente, el diputado Gerardo Fernández Noroña, Ángel Limón y yo.
Cómo ser un asesor legislativo va ya en su segunda edición, y el libro fue coordinado por la secretaria Báez y un grupo de asesores, precisamente, en el que se ofrece una síntesis muy completa tanto del funcionamiento de la Cámara de Diputados como de las funciones y saberes esenciales que es necesario tener para poder trabajar en la que es, sin duda alguna, la institución política más importante de la república al ser la sede de la representación nacional.
El libro puede consultarse y descargarse de forma completamente libre en el sitio del portal ciudadano, cuya dirección es www.portalciudadano.diputados.gob.mx, sección Publicaciones, subsección Documentos sustantivos de la Cámara de Diputados.
Ese mismo día pero por la tarde, acompañamos al diputado Fernández Noroña para conversar con un público ávido de escucharlo sobre la interesantísima selección del catálogo del Consejo que bajo su presidencia fue editado con el respaldo de todos los diputados que lo conforman, destacándose de manera especial la bella obra de Margarite Yourcenar Memorias de Adriano, el libro entrañable y apasionado Un hombre de Oriana Fallaci, la gran Oriana, así como las autobiografías de Angela Davis y Malcolm X, coeditados con el emblemático y singular sello de Capitán Swing. Recordemos que todos los libros son gratuitos.
Como vengo diciendo, se trató de una centésima parte del vastísimo catálogo de obras seleccionadas por el diputado Noroña y sus compañeros del Consejo, que además de permitirnos constatar su agudísimo ojo de fino y apasionado lector (recuerdo mucho su insistente recomendación que alguna vez le oí o leí sobre La conjura de los necios de John Kennedy Toole, además de que ya nos había acompañado en nuestro Primer Encuentro de Estoicismo México en la mesa que organizamos sobre Memorias de Adriano), nos muestra la virtud de la política cuando se usa con genuino sentido republicano, popular y para mí particularmente vasconceliano, porque tanto en el caso del Consejo Editorial, como en el del Portal Ciudadano y el Espacio Cultural San Lázaro, lo que hacemos todos es generar bienes públicos en beneficio de la nación y para producir, como quiso siempre el gran liberal Guillermo Prieto, buenos mexicanos.
POR ISMAEL CARVALLO ROBLEDO
DIRECTOR GENERAL DEL ESPACIO CULTURAL SAN LÁZARO DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
@ISMAELCARVALLOR / WWW.LACLANDESTINAVIRTUD.ORG
LSN