DE LEYENDA

¿Nos preocupa el futbol mexicano?

Quizá sea tiempo de que todos nos metamos a exigir cambios profundos y radicales antes de que los directivos y dueños terminen de matar definitivamente a la gallina de los huevos de oro y con eso enterrar cualquier posibilidad de que nuestro futbol emerja y logre, algún día, un campeonato mundial

OPINIÓN

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Gustavo Meouchi / De Leyenda / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Esta conversación lleva mucho tiempo entre nosotros, quizá demasiado. Es cierto que desde los resultados en el Mundial, hace apenas un par de meses, y la salida del Tata Martino de la dirección técnica del Tri, parece haberse exacerbado.

Por un tiempo la conversación se ha centrado en el sustituto del técnico que dirigirá a la selección durante los próximos ¿años? o al menos durante el siguiente periodo de competiciones. Se han mencionado varios nombres, los más recurrentes: Miguel Herrera, Guillermo Almada, Ricardo Ferretti, Marcelo Bielsa y Jaime Lozano. Y en las últimas fechas se ha añadido a esta pequeña lista a Diego Cocca y a Antonio Turco Mohamed.

Pero esta medida no es la única prevista. El pasado 31 de enero, en conferencia de prensa, Yon de Luisa y Mikel Arriola anunciaron diversas acciones que forman parte del plan rumbo al Mundial 2026, entre las que están algunas modificaciones a la estructura de la liga MX, como la reducción al número de extranjeros, la eliminación del repechaje, una estrategia para elevar el número de jugadores a exportar a las ligas europeas, entre otras. También anunciaron la participación de la selección en la próxima Copa América.

¿Es ahí dónde está el problema? Quisiera proponer algunos números que salen de mi propia experiencia. Desde hace algunos años veo cada vez menos futbol mexicano, quizá un partido a la semana en temporada regular, un poco más en la fase de Liguilla. Por el contrario, veo cuatro o cinco partidos semanales de las ligas europeas, cinco veces más.

Hace mucho tiempo que ya no compró playeras de futbol a mis hijos o algún tipo de mercancía alusiva a su equipo favorito o a algún jugador que les ilusione particularmente. Lo que tengo viene de regalos que me hace algún amigo o conocido y eso está bien para mí.

Estos datos empíricos resultan contradictorios con las cifras que produce el futbol mexicano. En 2022, ESPN y AS dieron a conocer datos que estiman que la industria genera más de mil millones de pesos anuales, y en porcentaje aporta el 54% del PIB, que producen todas las actividades deportivas del país.

Esas cifras confirman lo que todos sabemos: el futbol mexicano es un gran negocio y quizá ese sea el verdadero problema.

Según los datos del INEGI para 2020, la mediana de edad de la población mexicana era de 29 años, y el porcentaje de hombres, entre 15 y 35 años de aproximadamente 16%, lo que en una población superior a los 126 millones de personas equivale a un poco más de 20 millones. Argentina tiene una población de 45 millones de personas, y Francia, de 67.

Coincidirán conmigo en que el futbol es uno de los deportes más practicados en el país y aún así, con más del doble de la población del campeón y subcampeón del mundo, ellos tienen más posibilidades de encontrar un equipo de 11 jugadores competitivos que nosotros, ¿por qué?

No creo que sea una falta de talento, las puras estadísticas nos dicen que por volumen nosotros deberíamos ser capaces de encontrar más jugadores talentosos.

Así que, si la falla no está en la materia prima per se, debe encontrarse en el proceso de transformación. Tenemos un problema sistémico.

Hay muchos aspectos en los que nuestro futbol no es competitivo y algunas medidas planteadas por De Luisa y Arriola parecen reconocerlo. La eliminación del repechaje, los límites a la inclusión de jugadores extranjeros y las facilidades para que más mexicanos vayan a competir a Europa apuntan en ese sentido. Pero no son suficientes, ni de lejos.

Creo que el problema radica en los dueños de los equipos y los empleados de la FMF, que consideran que no importa no ganar títulos importantes mientras se gane dinero. Así, no importa que nuestro torneo regular sea cada vez menos interesante, mientras la cantidad suficiente de gente lo vea. ¿Por qué vemos esos partidos? Algunas veces, porque nuestro equipo juega y la afición no la decide la cabeza sino el corazón, otra veces es por costumbre, porque es lo que hay en la tele, porque es lo que hacemos con la familia y amigos. Pero sospecho que cada vez es menor el porcentaje de los partidos que vemos, porque no son realmente un espectáculo futbolístico de calidad.

Otro tema es el de las pocas oportunidades que tienen los jóvenes mexicanos que se forman en las escalas inferiores y que desean debutar como profesionales. En muchas ocasiones, para un directivo es más redituable traer extranjeros que representen un buen negocio, un nombre, una novedad y colocarlos en equipos de Primera División, en posiciones donde bien podrían jugar jóvenes mexicanos. Esto limita la participación de jugadores que podrían prometer, desalentándolos a ellos y a sus familias que han hecho muchos sacrificios para encontrar alguna oportunidad. En países como Argentina o Brasil es posible salir de la pobreza jugando al futbol, en México casi no.

La falta de detección de talento complica su reclutamiento, pero también hay un problema con aquellos pocos jóvenes que logran pasar todos los filtros y reciben sueldos fuera de proporción con los de los mercados internacionales. Muchos jóvenes jugadores ya no quieren ir a otras ligas a competir en un esquema híper disciplinado y competitivo, porque aquí ganarán más dinero con mucho menos esfuerzo. ¿Más vale ser cabeza de ratón?

Los problemas del futbol mexicano son tan grandes y complejos como las ganancias que generan y van mucho más allá de quién será nuestro seleccionador nacional. Quizá sea tiempo de que todos nos metamos a exigir cambios profundos y radicales antes de que los directivos y dueños terminen de matar definitivamente a la gallina de los huevos de oro y con eso enterrar cualquier posibilidad de que nuestro futbol emerja y logre, algún día, un campeonato mundial.

 

POR GUSTAVO MEOUCHI
COLABORADOR
@GUS23258924