COLUMNA INVITADA

¿Con o sin maíz, hay país?

Si quiere lograr su ambición legítima de “pasar a la historia como uno de los mejores presidentes de México”, es hora de que tome decisiones valientes

OPINIÓN

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Bosco de la Vega / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los mexicanos nos hemos beneficiado por la red de tratados internacionales con los que contamos. Tenemos acceso a los mercados de 52 países mediante 14 instrumentos comerciales que nos permiten exportar lo que producimos, y traer desde fuera lo que no.

Quienes hace 29 años representamos al sector agroalimentario mexicano en las negociaciones del TLCAN, veíamos riesgos al asociarnos con la primera y décima potencias económicas mundiales. Afortunadamente, hemos tenido éxito en casi todos los rubros, mas nos hemos equivocado seriamente en granos y oleaginosas. 

En el caso del maíz, sólo producimos el 60% de lo que consumimos, teniendo el deshonroso segundo lugar de importadores mundiales solo después de China. A pesar de que a México se le conoce como el ‘país del maíz’, este año importaremos 17.6 millones de toneladas. Claro que nos gustaría ser autosuficientes pero, en tanto no lo logremos, debemos asumir nuestra circunstancia.

Al presidente López Obrador lo informan mal, y lo aconsejan peor. En 2020 lo convencieron de emitir un decreto para prohibir la importación de maíz genéticamente modificado a partir del 31 de enero de 2024 argumentando, sin evidencia científica alguna, que es dañino para la salud. 

Seguramente a los ilustres Subsecretarios de Agricultura, Víctor Suárez, y de Salud, Hugo López Gatell, y a la directora del Conacyt, María Elena Álvarez Buylla, les tenga sin cuidado que sus dogmas generen hambre. Estos jinetes del puritanismo trafican con ideas retrógradas sin decir que, si no hay maíz suficiente en México, y tampoco se permite traer el faltante desde fuera, los precios de la tortilla y de la proteína animal se incrementarán, afectando a las familias con menos recursos. 

Para agravar el problema, Estados Unidos es el principal productor global de maíz, que además de ser un producto estratégico en su relación comercial con México, lo es también para las bases electorales del partido Republicano, que ya se preparan para la presidencial estadounidense de 2024. El cierre definitivo al maíz transgénico ya activó a productores y legisladores estadounidenses y, seguramente, nos llevarán a consultas y a un panel que estamos llamados a perder. El resultado: aranceles de castigo, menos ingreso, empleo e inversión.

El Presidente tiene la oportunidad de retomar el llamado de la Cumbre de Líderes de América del Norte y pensar no en países, sino en la región de Norteamérica, solventando los problemas de maíz y energía en el marco del T-MEC. Si quiere lograr su ambición legítima de “pasar a la historia como uno de los mejores presidentes de México”, es hora de que tome decisiones valientes basadas en la ciencia y respete los acuerdos firmados en el Tratado, y deje que los jinetes del puritanismo cabalguen por otro lado. 

Con un gabinete funcional, honesto y que camine con la ciencia, entonces con maíz si habrá país.

CUMULONIMBOS. “Entre un Gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consciente, hay una cierta complicidad vergonzosa”, Víctor Hugo.

POR BOSCO DE LA VEGA
COLABORADOR
@BOSCODELAV

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