Estamos prácticamente a una semana de que terminen las precampañas en el Estado de México y a pesar de los intentos propagandísticos de la alianza de la derecha por generar una percepción de acercamiento de su precandidata a la Maestra Delfina Gómez, es notorio que la tendencia se mantiene clara en favor de la morenista, por lo que parece que el búnker de la coalición que encabeza el PRI, ha empezado los primeros ajustes.
¿Y esto por qué es un asunto de todes? La Maestra Delfina no oculta rasgos que comparte con el Presidente de la República. Es una mujer que proviene de una familia humilde y que, a pesar de haber ocupado importantes encargos de representación popular, la gente no la percibe como una política más, la percibe como una de las suyas, porque es una de las suyas. Es cálida, sencilla y generosa en el trato con cualquier persona que se acerque a ella.
A pesar de tener similitudes con AMLO, también es notorio su estilo propio. Los discursos del Presidente, sobre todo en su etapa de candidato eran muy enérgicos, en cambio la Maestra Delfina usa permanentemente palabras y tonos de cordialidad. No deja de señalar las profundas e inocultables desigualdades que prevalecen en el EdoMex, pero su tono se mantiene cordial, llama a las bases de su partido con claridad a la organización y a la unidad, pero no utiliza un tono bélico o de confrontación, tampoco de regaño o recriminación. El estilo personal de la precandidata de Morena ha puesto a temblar a sus adversarios.
Por ello, los ajustes que hasta el momento se perciben en la precandidata del PRI no son cosa menor. El lema “valiente” no tuvo el mejor recibimiento entre los mexiquenses, ni la actitud de confrontación que ha acompañado a Del Moral en toda su trayectoria. Dos hechos marcaron el golpe de timón en la coalición de la derecha, el primero fue durísimo de digerir para los detractores del Presidente, pues Alejandra del Moral pasó de opositora al proyecto del Aeropuerto Felipe Ángeles a prometer que a ahora lo va a defender por que “ya es de los mexiquenses”. El segundo, ya se venía perfilando, la disminución gráfica del logotipo del PRI en los anuncios espectaculares y el alejamiento discursivo de los partidos de su coalición al plantear que “la alianza es con la gente”.
Desde luego que lo anterior no implica la desaparición de la guerra sucia ni de las campañas negras, incluso creo que en la etapa de la intercampaña arreciarán, desde algunos medios de comunicación o perfiles generados deliberadamente para ese propósito. Por lo pronto los estrategas del priismo mexiquense han optado por una suerte de camuflaje, endulzar las palabras, bajar el tono de confrontación y hasta reconocer logros del gobierno federal, aunque quizá los mexiquenses ya hayan aprendido aquello de “te conozco bacalao, aunque vengas disfrazado”.
POR DANIEL SERRANO
LIDERAZGO POLÍTICO DE IZQUIERDA EN EL EDOMEX
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