Esta definición le encanta a Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, quien usa este neologismo para criticar, combatir, minimizar a sus adversarios políticos que cada vez hacen más efecto en el estado de ánimo del administrador del Palacio Nacional.
Visiblemente desesperado, harto, fastidiado, manoteando en su conferencia matutina, volvió a cometer un dislate de proporciones inolvidables como cuando dijo: “a mi que no me vengan con que la ley es la ley”.
Calificó de “politiquería” el hecho de que Santiago Creel Miranda, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados haya acordado con la Secretaría de la Defensa realizar el acto de honores a la bandera en el vestíbulo del edificio legislativo, ya que el reglamento interno, prohíbe el ingreso de personas armadas.
El artículo 25 del reglamento de la Cámara de Diputados que se refiere al recinto, salón de sesiones, salón de plenos y galerías, dice en su apartado número cuatro: “En el Recinto estará estrictamente prohibida la entrada a toda persona armada. En caso de que alguien transgreda esta prohibición, el presidente (de la mesa directiva), hará que abandone el Recinto por los medios que estime convenientes y lo pondrá a disposición de las autoridades competentes.
El diputado panista interpretó clara y correctamente la ley lo que le valió hasta insultos, al puro estilo de los legisladores de Morena. Tanto morenistas como el presidente aseguraron que el reglamento militar permite la presencia de personal armado en los honores a la bandera, sin embargo, jamás explicaron qué reglamento y qué artículo establece ese argumento.
Mas serena, la Secretaría de la Defensa Nacional aseguró que los honores a la bandera en el vestíbulo del recinto legislativo fueron acordados previamente con la mesa directiva y que quienes entonarían el Himno Nacional Mexicano, por la naturaleza de su actividad, no portan armas.
De ese tamaño es la discusión política en México, que ya se constituye en jaloneos rumbo al cambio de gobierno en 2024.
Jaloneos que son interpretados como amenazas. Para el diputado Gabriel Quadri, la presencia de personal armado en la Cámara de Diputados es una amenaza de López Obrador de un golpe de estado que prepara, ante la derrota de su partido en la elección presidencial de 2024.
Desdeñoso como siempre, López Obrador le dio poca importancia a una interpretación del hecho que no debería tomarse a la ligera. López Obrador minimiza el respeto a la ley y a los símbolos patrios. Hasta el envolverse en la bandera, para él, es politiquería.
Corazón que sí siente
Mientras todos se jalonean, el canciller Marcelo Ebrard y potente aspirante a la candidatura de Morena a la presidencia, trabaja su imagen como hormiga. Acompañado de 132 invitados internacionales visitó en Sonora la planta de energía solar más grande de América Latina. Ya Estados Unidos lo apapacha. Esa imagen, “no la tiene ni Obama”.
POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
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