EN LOS MARES DE LA EDUCACIÓN

Directores

Aunque a menudo actúan tras bambalinas, los directores son pieza indispensable para que la maquinaria educativa funcione adecuadamente

OPINIÓN

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Antonio Argüelles / En los Mares de la Educación / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No son pocos los deportistas que, tras concluir su carrera, pasan de la alberca, la pista o la cancha a ser entrenadores o directivos. A primera vista, la transición tiene sentido: conocen de primera mano los retos que enfrentan los atletas jóvenes y, dados sus años de experiencia en la materia, suelen desarrollar ideas innovadoras para mejorar las condiciones y el desempeño de los deportistas.

El éxito, sin embargo, a veces no llega. Pronto se vuelve aparente que saber nadar o correr con una técnica perfecta no es garantía de que se sabrá enseñar a otros a imitar esa técnica, y mucho menos de que se tendrá la capacidad de detectar talento o administrar un equipo u organización. Haber practicado el deporte ayuda, claro, pero no es suficiente (ni necesario).

Esta lógica se puede aplicar a casi cualquier ámbito y el educativo no es la excepción. Buena parte de los directores de las escuelas mexicanas llegan a sus puestos tras una larga y destacada carrera como docentes frente a grupo. Esta experiencia puede ser de gran utilidad para cumplir algunas de las responsabilidades de los directores, sobre todo las que tienen que ver con apoyar y orientar a los maestros de la escuela.

Sin embargo, las tareas de los directores trascienden lo que sucede estrictamente en el aula. Para establecer objetivos de aprendizaje con base en los planes de estudio, llevar a cabo procesos administrativos, supervisar la operación del plantel, garantizar un entorno seguro e higiénico para los estudiantes y manejar las relaciones con los padres de familia, por mencionar algunas labores, se requieren habilidades y conocimientos que difícilmente se pueden adquirir en el salón de clases.

A esto se suma que, en México, las escuelas no tienen presupuesto propio, lo que limita el margen de acción para instrumentar proyectos o programas y hace que gestionar la estructura escolar se vuelva un reto aún más complicado.

Aunque a menudo actúan tras bambalinas, los directores son pieza indispensable para que la maquinaria educativa funcione adecuadamente y, por ello, es necesario garantizar que tengan todas las herramientas que necesitan para desempeñar su labor.

Más allá de si fueron docentes frente a grupo, sería conveniente que todos los directores tuvieran a su disposición programas de formación para desarrollar un liderazgo centrado en la construcción de una comunidad educativa que aprende todo el tiempo y se orienta por el propósito de mejorar los aprendizajes de los estudiantes.

Desde el manejo de metas e indicadores hasta el conocimiento de métodos para comunicarse con diferentes públicos (padres de familia, docentes, estudiantes, autoridades), los directores requieren habilidades que les permitan tomar el timón y dirigir con firmeza el barco escolar.

 

POR ANTONIO ARGÜELLES
COLABORADOR
@MEXICANO_ACTIVO

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