POLÍTICA Y DIPLOMACIA SOSTENIBLE

Está en Chino

Es posible que con este plan China también busque romper la unidad de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, tratando de atraer a algunos países europeos a la idea de buscar una solución negociada, cuando las circunstancias en el terreno están cambiando favorablemente para Ucrania

OPINIÓN

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Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El viernes pasado el jefe de la diplomacia china, Wang Yi (quien fuera mi colega en Japón como embajador de China) hizo público el plan de su gobierno para poner fin a la guerra en Ucrania. La propuesta es significativa por dos razones. En primer lugar, porque el gigante asiático lo presenta cuando ya es evidente que el presidente ruso embarcó a su país en una guerra que no puede ganar, pero que tampoco puede aceptar su estrepitoso fracaso. 

En segundo término, se trata de un plan chino, el aliado más importante de Putin, uno de los dos principales polos de poder en el escenario internacional, que sigue preparándose para competir con Estados Unidos por la hegemonía internacional en el siglo XXI. Después de haberse abstenido durante muchos meses de tomar una posición activa para poner fin al conflicto, pareciera que Xi Jinping también llegó a la conclusión de que Rusia no tiene la capacidad de imponerse militarmente, y desea ayudarla a salir del atolladero presentando este plan de paz. 

Es posible que con este plan China también busque romper la unidad de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, tratando de atraer a algunos países europeos a la idea de buscar una solución negociada, cuando las circunstancias en el terreno están cambiando favorablemente para Ucrania. Pero vale la pena examinarlo brevemente para ver si tiene elementos que sirvan para un arreglo diplomático del conflicto, que cumplió ya su primer aniversario, y que hasta ahora no muestra visos de solución. 

El primer punto, de los doce que contiene el plan, pide respeto a la soberanía, la  independencia y la integridad territorial de todos los países, principio fundamental de la Carta de la ONU, y piedra angular de la política exterior china, por la cuestión del Tibet y de su decisión de reunificar a Taiwán. Pero en las circunstancias concretas significa que Rusia debe abandonar todos los territorios que ha ocupado en Ucrania, lo que sugiere que China no considera legítima la invasión, aunque no lo diga abiertamente. 

El tercer punto propone un inmediato cese al fuego “de ambas partes”, lo que siempre es problemático para el país que ha sufrido una invasión. Ucrania tiene derecho a un cese al fuego después de que las tropas rusas hayan abandonado su territorio y no antes, porque ese cese al fuego con las tropas invasoras dentro de su territorio normalizaría la invasión. 

China pide también otras medidas constructivas, como la reanudación de las conversaciones de paz, reforzar la protección humanitaria de la población civil y de los prisioneros de guerra, la protección de las centrales nucleares, facilitar las exportaciones de cereales de Ucrania y de Rusia, mantener estables las cadenas industriales y de suministro, y la promoción de la reconstrucción postconflicto. El plan retoma tareas ya sugeridas por otros actores, o que ya están en ejecución, para que se proteja a la población civil, y se eviten daños a otros países. 

Pero hay otros dos puntos muy significativos en el plan chino: rechaza el uso de armas nucleares, químicas y biológicas “por parte de cualquier país bajo cualquier circunstancia”, lo que significa que China ha visto con preocupación las amenazas, no tan veladas, de Putin de recurrir al uso de armas nucleares para imponerse. 

Por último, pide levantar las sanciones que Estados Unidos y los países de la OTAN han impuesto a Rusia, lo que demuestra que esas sanciones sí están teniendo efectos severos sobre la economía de Rusia. 

El plan fue recibido con críticas por los miembros de la OTAN. Jake Sullivan, Asesor de Seguridad Internacional de Biden, dijo que el plan se debería limitar al punto uno, respeto a la integridad territorial de todos los estados, y que eso resolvería la crisis. Por su parte, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que no era un plan de paz, y que lo analizarían teniendo en cuenta que China ya había tomado partido por Rusia. En cambio, Zelenski, presidente de Ucrania, consideró positivo el involucramiento de China, pero le pidió hacer todo lo posible para convencer a Putin de que retire sus tropas de su país. 

China no puede mantenerse indefinidamente al margen del conflicto. Observa con preocupación que Ucrania no sólo ha logrado detener el avance de las tropas rusas sino que, con la ayuda de Estados Unidos y sus aliados europeos, podría eventualmente expulsarlas de todo su territorio, dándole a Biden y a sus socios de la OTAN una enorme ganancia estratégica, con repercusiones en todo el mundo, y no sólo en el continente europeo. 

Pero China tampoco desea que el conflicto se prolongue indefinidamente. Hay posibilidades de que escale y de que, al verse acorralado, Putin tome medidas más desesperadas. Ese escenario la obligaría a involucrarse más a fondo del lado de Rusia, proporcionándole armas para tratar de evitar un triunfo estratégico de Estados Unidos. Sin embargo, China desea evitar una confrontación más directa  con sus principales socios comerciales. Un conflicto más abierto provocaría enormes costos a sus planes de expansión económica. 

En cualquier caso, hay que acostumbrarse a la idea de que China asumirá, cada vez más, un papel más protagónico en el escenario mundial, y algunas veces lo hará para tratar de cambiar el actual orden global. Es el papel que corresponde a una superpotencia emergente.

 

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS ES PROFESOR EN EL TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@MIGUELRCABANAS
MIGUEL.RUIZCABANAS@TEC.MX 

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