CASCABEL AL GATO

El juicio a García Luna como hecho político

Ahora la gran pregunta es ¿Qué hacemos como sociedad con esto? En este sentido, preocupa la posición del Partido Acción Nacional

OPINIÓN

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Adrián Velázquez Ramírez / Cascabel al Gato / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los testimonios que se escucharon en el transcurso de estas semanas dejaron expuesto cómo funcionó un régimen de corrupción vinculado al narcotráfico y que abarca no sólo al Estado y sus corporaciones de seguridad, sino también a medios y empresarios. La pequeña ventana a este conglomerado civil y estatal nos revela la verdadera magnitud política del juicio a García Luna.

Porque hay que ser muy claros: García Luna es tan sólo un engranaje de este régimen. Es bien sabido que los cárteles de la droga usaban a las fuerzas de seguridad como prótesis de su enfrentamiento. El gobierno de Calderón estaba con Sinaloa, pero los gobiernos estatales tenían su propia agenda.  Así como sucedió con nuestro territorio, el Estado mexicano también fue “cartelizado”.

Todo esto que se sabía en el mismo momento en que ocurría. Pero con el veredicto en Nueva York esa memoria tiene ahora una jerarquía especial. El que el juicio no haya sido en México magnifica todavía más la cuestión, pues no se puede alegar –como en otros casos-  una persecución política del gobierno en turno.

Ahora la gran pregunta es ¿Qué hacemos como sociedad con esto? En este sentido, preocupa la posición del Partido Acción Nacional. El silencio ante lo sucedido quedó ilustrado de manera elocuente en el abandono de la bancada panista del recinto legislativo cuando se dio a conocer la noticia de la condena.

El PAN ha preferido callar antes que salvarse. Pues si bien es un hecho que implica directamente no a uno sino a dos gobiernos emanados de sus filas, esto parece una pérdida menor en relación a su credibilidad para el futuro. ¿En serio van a venirnos a pedir el voto sin ningún tipo de explicación convincente sobre lo que sucedió en el calderonato? ¿Están dispuestos a inmolarse por ese gran Jefe que hace unos años fracasaba en el intento de fundar su propio partido?

Hay lealtades y lealtades y el PAN ha preferido cobijar a Calderón antes que hacer una profunda revisión de lo que fueron sus gobiernos. ¿Cuál es la garantía que ofrecen para que esto no se vuelva a repetir? El desdén de la sala abandonada sólo encubre lo peor: en una carta publicada en redes sociales Calderón reivindicó su política de seguridad y dejó en claro que no se arrepentía de nada.

La verdadera trascendencia política del juicio a García Lunas está supeditada a que sirva para marcar un “nunca más” que da pauta a más investigaciones y a procesos que nos permitan hacer visible lo que sucedió en aquellos años. No importa si el juicio fue en Nueva York, será el movimiento de la sociedad mexicana lo que defina su valor como hecho político. 

POR ADRIÁN VELÁZQUEZ RAMÍREZ

COLABORADOR

@ADRIANVR7

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