DE LEYENDA

El jugador más valioso

Hay rasgos de la personalidad de Patrick Mahomes que también son requisitos indispensables de los atletas de alto rendimiento y en particular de los mariscales de campo. Deben ser competitivos, disciplinados y mantener en control sus emociones

OPINIÓN

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Gustavo Meouchi / De Leyenda / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Días antes del Súper Bowl LVII se entregaron los reconocimientos de la NFL a los jugadores más destacados, durante la temporada regular 2022. Patrick Mahomes, mariscal de campo de los Jefes de Kansas City, obtuvo el de Jugador Más Valioso de la temporada. Días después, tras ganar el partido culmen, también obtendría el mismo reconocimiento por su desempeño en ese juego.

No hay parámetros numéricos concretos definidos para la asignación de estos premios. Esto significa que no hay una cifra de pases completados, yardas corridas, anotaciones o cualquier otra estadística de desempeño que determine quién merece cada categoría, sino que los premios se otorgan por un sistema de votaciones en los que los participantes emiten su opinión sobre los lugares que deben ocupar diversos jugadores en cada posición.

Este sistema es interesante por dos razones: la primera es que en un esquema híper estadístico, donde prácticamente se mide todo (incluso hay estadísticas sobre si había sol o no en cada victoria, derrota o empate), se considera que debe ser el voto de las personas, que usan parámetros no estadísticos, los que debe definir la decisión.

Esto significa que el procesamiento humano de información se privilegia aún. En segundo término, no solo se opina sobre quién tuvo más méritos propios para acceder a cada honor, sino que también se les compara con otros jugadores y los méritos de ellos, así se privilegia el enfoque competitivo en todo momento.

Volvamos a Mahomes. No creo que nadie, en realidad, pueda argumentar en contra de sus habilidades atléticas. Es un hombre de 27 años que corre, brinca, lanza, lo mismo profundo y preciso, que corto y de pala, se agacha, se desliza, aguanta golpes y caídas y en general es uno de estos mariscales de campo de nueva generación que son casi todo terreno.

¿Son sus habilidades atléticas las que le valieron la designación? No. Creo que definitivamente lo llevaron a ser un atleta profesional, pero todos los jugadores en la NFL son atletas extraordinarios.

Es un hombre inteligente, lee las defensivas, juega y toma decisiones sobre lo que conviene hacer en cada caso. La mayor habilidad de los mariscales de campo es saber tomar decisiones en un campo, donde hay demasiadas cosas en movimiento, y en esa liga, tan competitiva, Mahomes ya tiene dos anillos de Súper Bowl, en menos de cinco años. Pero su inteligencia tampoco es determinante, todos los mariscales de campo son muy brillantes, por ello fueron elegidos.

La respuesta quizá está en su personalidad. Hay rasgos de personalidad que también son requisitos indispensables de los atletas de alto rendimiento y en particular de los mariscales de campo. Deben ser competitivos, disciplinados y mantener en control sus emociones, para no permitir que el miedo o la presión les orillen a cometer muchos errores. No pueden desanimarse y deben transmitir a su equipo seguridad, para no permitir que ellos se desanimen tampoco; deben ser líderes. De nuevo, todos los mariscales de campo tienen, o se asumen que tienen, más o menos esas características.

Y por eso me quiero centrar en tres momentos importantes de Patrick, de los que todo el mundo ha hablado, y a mí me parecen determinantes para contar esta historia. El primero es la lesión en el partido contra los Jaguares de Jacksonville, en la ronda divisional de los playoffs. Mahomes sale lesionado del tobillo y es sustituido por Chad Henne. El reemplazo no lo hace mal, incluso, termina la serie con una anotación, pero Patrick no puede mantenerse fuera del campo y aunque materialmente no es necesario, vuelve al partido con dolor y un gran riesgo. Los Jefes ganan el encuentro 27-20.

Así las cosas, podemos sumar a la lista de requisitos para ser un Jugador Más Valioso, la temeridad y la terquedad, aunque tenemos aquí otro más: la necesidad. Tengo claro que el cuerpo de Patrick necesitaba descanso, hielo, medicinas y atención médica. Pero la personalidad de Mahomes necesitaba volver a ese campo y finalmente ésta se impuso. ¿Los Jefes requerían que su mariscal de campo titular volviera?

Creo que, en ese partido en concreto, no; ellos hubieran podido resolver las cosas sin él. Iré más lejos y diré que, incluso, esa actitud me pareció irresponsable; creo que lo que Mahomes hizo fue exponerse innecesariamente a una lesión que sí hubiera comprometido los resultados venideros. Pienso, también, que tuvo mucha suerte en salir del campo sin una lesión mucho mayor (la suerte es un ingrediente importante en esta ecuación).

Los ejemplos de lo que los votantes vieron en él llegaron justo después, en el partido contra los Bengalíes de Cincinnati. Había mucha presión en ese partido, un poco por la lesión que venía arrastrando Mahomes y mucho más por los antecedentes entre ambos equipos, en ese mismo campo de juego. Los Bengalíes, al mando de Joe Burrow, llegaban invictos y con mucha hambre. Si hay un caldo de cultivo para sacar a flote todas tus inseguridades y dudas me imagino pocos mejores que ese.

Al final, decisiones cuestionables de arbitraje, incluidas, los Jefes terminaron ganando y las declaraciones post partido de Travis Kelce revelaron mucho sobre lo que había pesado en el ánimo del equipo toda la presión previa. Y ese momento me parece culminante. El Jugador Más Valioso debe inspirar a todo el equipo a dar un paso adelante por él, cuando lo necesitas, y esa noche y en el partido siguiente fue cuando Mahomes más necesitó a su equipo y cuando su equipo estuvo para él.

Todos vimos el Super Bowl, vimos a las Águilas de Filadelfia dominar el primer medio tiempo. Vimos a la defensa de los Jefes mantener a toda costa a su equipo en el partido, mientras la ofensiva estaba sentada en la banca desesperándose y aguardando. Vimos a Patrick Mahomes caer sobre el pasto, entre dos defensas de las Águilas, uno de ellos sobre la pierna del mariscal de campo a quien vimos, de nuevo, salir cojeando del césped. Vimos a los de Filadelfia irse ganando al descanso.

También estuvimos ahí para ser testigos de lo que pasó después. Patrick regresó sin dolor, o si lo sentía no se le veía, ni en la cara ni en la forma de caminar. Los Jefes ajustaron, la defensiva de las Águilas no estuvo a la altura. Al final, la ofensiva roja se comió todo el tiempo posible y, con más decisiones arbitrales controvertidas incluidas, no le dejaron tiempo al equipo verde para reponerse. Los Jefes de Kansas City ganaron su segundo campeonato de la “Era Mahomes”.

Si todo se redujera a ese partido yo podría pensar en muchos jugadores que hicieron tanto o más que Patrick para contribuir a esa victoria, empezando por los jugadores defensivos y los de los equipos especiales; pero esos jugadores al final no cargan con el peso del equipo, no tienen la responsabilidad de ser el que da el ejemplo y el que lleva la carga de la crítica. Si las cosas hubieran salido de otra forma, también se hablaría de cómo Mahomes fue derrotado y por eso me parece que el premio está justificado.

Afortunadamente para todos, falta mucho para saber si los Jefes se convertirán en el siguiente equipo insignia de la NFL, también para averiguar si los Bengalíes, las Águilas o incluso los Bills obtendrán venganza; hay muchas más historias que se contarán en el futuro, pero hoy por hoy, los campeones son Patrick Mahomes y sus Jefes y eso hay que celebrarlo.

 

POR GUSTAVO MEOUCHI
COLABORADOR
@GUS23258924

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