COLUMNA INVITADA

La salud es lo más importante, ¿o no?

El gobierno de los discursos demagógicos y su sistema IMSS-Bienestar no pone la boca donde pone la chequera. No sustenta su discurso con recursos económicos

OPINIÓN

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José Lafontaine Hamui / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Quien opine distinto pregunte a cualquier enfermo o familiar de alguien con cualquier enfermedad, si le hace sentido la frase.  Si algo nos dejó la epidemia de COVID 19 es eso; de ahí en gran parte el impacto y la demanda que aumenta la inflación médica; misma que ha incrementado de manera asfixiante las primas de seguros de gastos médicos mayores para los pocos afortunados en el país que cuentan con uno; ya que  para el grueso de la población solo hay la inseguridad en salud, la escacez de medicinas, médicos y asistencia hospitalaria. 

Cuatro años de este gobierno y aún no existe un programa claro que nos indique hacia dónde va el sistema de salud en México. Lo único claro es que no va en el mismo sentido que el de Dinamarca.  

El gobierno de los discursos demagógicos y su sistema de salud IMSS-Bienestar, no pone la boca donde  pone la chequera. No sustenta su discurso con recursos económicos. Con absoluta indolencia y falsedad dicen que el gasto por persona para la población sin seguridad social tendría una reducción de 2.1 por ciento, pues pasaría de 3 mil 773 pesos a 3 mil 694 pesos de 2022 a 2023, según el proyecto de “Paquete Económico”. 

El gobierno simplemente no invierte lo necesario en salud, tiene otras prioridades desde luego, como mantener el poder a cualquier costa, mientras sigue aumentando la brecha con otros países, y se refleja actualmente en el cruel desabasto de medicamentos, material de curación, falta de especialistas e infraestructura. Todos recordamos la respuesta del gobierno, cuando el Secretario de Salud se reunió con padres de niños con cáncer y señaló que detrás de las quejas por el desabasto de medicamentos oncológicos solo era “politiquería”

Especialistas del ITAM señalaron en la Cámara de Diputados que se ha fragmentado más el sistema de salud. El mecanismo de compra y distribución de medicamentos e insumos, no tiene rumbo y no tiene cuentas claras. Se creó el INSABI con el objetivo de dar cobertura universal a la población sin seguridad social, pero en este año ya fue eliminado y entró el programa IMSS-Bienestar como sustituto; que tiene los mismos vicios que el INSABI, pues no tiene indicadores de salud y omite el tercer nivel de atención y sin reglas de operación.

IMSS-Bienestar pretende atender a 60 millones de personas, es decir, 20 millones más de lo que atiende el IMSS y para ello se requerirían entre 200 y 500 millones de pesos que vendrían de aportaciones de los estados y del Fondo de Salud para el Bienestar, el cual inició esta Administración con 105 mil millones y actualmente le quedan sólo 37 mil millones. El problema de desabasto en el sector salud es alarmante; para 2023 el presupuesto total para medicinas caerá casi 15 por ciento, respecto al monto aprobado en 2022.

Hoy existe una escasez de médicos con 2.4 por cada mil habitantes,  cardiólogos, geriatras y endocrinólogos, y la lista crece ad nauseam.  Los expertos vaticinan que de seguir en esta ruta, para 2030 vamos a requerir más de 300 mil médicos, además de las especialidades que se requieren y sitios donde se necesita. Sin embargo el gobierno disminuyó la inversión como porcentaje del PIB de 1.28 al 0.81 por ciento para 2023.

Todos tenemos derecho a la salud, cuando menos eso dice ese texto que algunos consideran poco importante llamado Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 4.

La demagogia puede perversamente funcionar en muchos rubros, en este no. El partido en el poder no obtendrá un solo voto de quien no haya sobrevivido o sanado de una enfermedad, de quien tenga un familiar enfermo y no atendido. El discurso no es medicina, el discurso no cura. Con la salud no se debe ahorrar. Este gobierno, tal vez por la edad avanzada de sus funcionarios solo piensa en el hoy, no proyectan a mediano y largo plazo.  Un país enfermo es un país más caro. Simplemente no entienden o no quieren entender, que lo que creen estar ahorrando hoy en salud, mañana lo tendrá que pagar México cuando menos cinco veces más.

Este gobierno ha convertido el acceso a la salud en un sueño imposible de hacerse realidad. La negación de ese estado de completo bienestar físico, mental y social; ese tránsito de vida con la ausencia de afecciones o enfermedades. Este gobierno nos obliga a renunciar a la posibilidad de un desarrollo humano, del disfrute de la vida y de crecimiento. Simplemente sentencia a una muerte prematura a un país joven, que cada día esta más enfermo.

 

POR JOSÉ LAFONTAINE HAMUI

ABOGADO

@JOSE_LAFONTAINE

LSN