COLUMNA INVITADA

El cuartelazo

El 18 de febrero de 1913 a las 1:30 de la tarde-hace justo 110 años-el presidente de la República, Francisco I Madero

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 18 de febrero de 1913 a las 1:30 de la tarde-hace justo 110 años-el presidente de la República, Francisco I Madero, sostenía una reunión en Palacio Nacional con sus ministros, momento en que el teniente coronel Teodoro Jiménez Riverroll ingresa al recinto e intenta apresarlo, por lo que se suscita un zafarrancho. 

Gustavo Garmendia integrante de estado mayor defiende a Madero, dispara una bala en contra del coronel quien cae abatido, finalmente el mandatario es detenido por el general Eduardo Blanquet, quien le manifiesta “es usted mi prisionero”, Madero le responde “es usted un traidor”; inicia la pesadilla para el mandatario y el vicepresidente Pino Suarez, al tener como prisión la intendencia del edificio. 

El historiador Edgar Saénz López, señala en su libro Francisco Cárdenas una vida entre el orden la transgresión, “Los ministros fueron arrestados y liberados esa misma tarde. La última estocada de la operación fue convocar al general (Felipe) Ángeles a Palacio Nacional, ahí fue aprehendido y el maderismo se quedó sin aliados”. 

La noche de ese día se reunieron los militares Félix Díaz, Manuel Mondragón, Victoriano Huerta en la embajada de Estados Unidos, son su representante Henry Lane Wilson, conocido como El Pacto de la Embajada, quien desaprobaba al gobierno vigente, días antes manifestó, “Madero está irremisiblemente perdido y su caída es cuestión de horas, dependiendo ya únicamente de un acuerdo que se esta negociando entre Huerta, que está en el Palacio Nacional al lado suyo como general en jefe, y Félix Díaz”.   

El 19 de febrero, el General Victoriano Huerta envía al militar Juvencio Robles a pedirle la renuncia a Madero, cuando partió este, el mandatario decide dimitir, la suerte del mandatario estaba decidida, sus días contados, por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Pedro Lascuráin, asume la presidencia por 45 minutos, franqueando el paso a Huerta a la silla presidencial, quien asume el poder. 

Acompañaban en su cautiverio a Madero y Pino Suárez, el general Felipe Ángeles y el Embajador de Cuba, Manuel Márquez Sterling, al igual que el representante chileno Anselmo Hevia Riquelme gestionaban la liberación del ex mandatario, sus intenciones fueron en vano. 

El investigador Saénz López, señala, “Al parecer, Huerta pidió a Blanquet que consiguiera gente para desaparecer a Madero; fue el mayor de rurales, Francisco Cárdenas, el indicado para acabar con la vida de los prisioneros, el 22 de enero por la noche Madero y Pino Suárez, son sustraídos de Palacio Nacional para trasladarlos a Lecumberri. 

 Al llegar a ese punto se originó un presunto asalto, donde perdieron la vida los mandatarios de acuerdo a la versión huertista, sin embargo, testigos afirman que Cárdenas obligó a Madero a bajar del automóvil, “baje usted carajo”, Madero desciende, de acuerdo a Saénz López, “el rural sacó su arma y le propinó dos tiros en la cabeza, Pino Suarez, corrió la misma suerte”. Quince meses ocupo silla presidencial. 

El 13 de agosto de 1911, Victoriano Huerta le manifestó en Cuernavaca, Morelos al coronel Eduardo Hay, “…soy un soldado de honor y le ruego que convenza al señor Madero de que en mí tendrá un amigo fiel y un servidor hasta la muerte”. 

RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ