DESDE AFUERA

Un choque negativo

El problema no está en que el Presidente haya ofrecido una mano a Ebrard, que compite por la futura candidatura presidencial con Sheinbaum

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El dramático respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador a Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y aspirante presidencial, en su polémica con la embajadora retirada Martha Barcena, puede tener las implicaciones que algunos esperan en la ya abierta competencia por la Presidencia en el periodo 2024-2030, pero ayuda poco a la política exterior mexicana.

Ebrard recibió el respaldo presidencial para su amargo choque con Bárcena y hasta el permiso para lanzarse contra ella con todos los recursos que ofrece el gobierno, incluso la amenaza de sanciones insinuadas por el Consultor Jurídico de la SRE, Alejandro Celorio, por la presunta violación de principios de discreción profesional.

La animadversión entre Ebrard y Bárcena es bien conocida en la comunidad diplomática mexicana, y dramatizada además porque la embajadora está casada con el también embajador retirado Agustín Gutiérrez Canet, tío de Beatriz Gutiérrez Muller, esposa del primer mandatario.

Parentescos al margen, AMLO aseguró que Bárcena se había pasado al lado conservador. Como en su momento lo dijo también de Cuauhtémoc Cárdenas o quienes se hayan manifestado  en desacuerdo.

La bronca entre Ebrard y Bárcena estalló a partir de las memorias de Mike Pompeo, exsecretario de Estado de Donald Trump, en Estados Unidos, en las que relata conversaciones con el canciller sobre la llegada de caravanas de peticionarios de asilo a la frontera de los dos países y la necesidad de mantenerlos en México.

El gobierno de Trump amenazó con la imposición de sanciones comerciales que afectarían las exportaciones de México.

Según Pompeo, Ebrard se preocupó por el impacto que tendría en México la idea de que el gobierno hubiera cedido ante EU y, siempre dijo el mismo Pompeo, ambos hicieron lo posible por mantener fuera de la negociación a Bárcena, entonces embajadora en Washington y opuesta al acuerdo.

Habría que consignar que el ahora expresidente Trump ha hecho afirmaciones similares, aunque menos detalladas. 

El libro de Pompeo desató un debate que encendió los ánimos y puso las divergencias Ebrard-Bárcena sobre la mesa, luego de que la embajadora confirmara partes del recuento. 

El respaldo presidencial ayuda a Ebrard en su polémica con Bárcena, pero pareció tener efectos en otros terrenos, como sus aliados se apresuraron a hacerlo resaltar en los medios.  

El problema no está en que el Presidente haya ofrecido una bienvenida mano a Ebrard, que compite por la futura candidatura presidencial con Claudia Sheinbaum, considerada como la presuntamente favorita y Jefe de Gobierno de Ciudad de México.

La situación no es positiva para la imagen o la política exterior mexicana. La confrontación de esta semana no disipa las afirmaciones de Trump y Pompeo respecto al resultado de sus amenazas. 

 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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