COLUMNA INVITADA

El conservador cree que todos son de su condición

La cabeza de la administración pública estuvo infectada, de forma grave, por el virus mortal de la corrupción

OPINIÓN

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José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En Estados Unidos, se lleva a cabo el juicio que demuestra que, en los pasados gobiernos neoliberales de México, la corrupción y los intereses económicos de quienes se ufanaban de ser los dueños del país fue la regla para gobernar. 

No se juzga a García Luna, se juzga a un régimen de corrupción. Quien era a todas luces, la mano derecha de los entonces presidentes de la República, Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa, está en el banquillo de los acusados. Eso demuestra que la cabeza de la administración pública estuvo infectada, de forma grave, por el virus mortal de la corrupción, lo cual desencadenó toda clase de abusos, delitos y excesos. Sus “formas de gobernar” se ejercieron para favorecer a una minoría en detrimento de la pobreza de la mayoría de los mexicanos y mexicanas.

Las evidencias sobran y son tan apabullantes que los voceros de los poderosos grupos de la derecha, con sus políticos, grupos de comunicación, bots y opinadores ya no buscan demostrar que no son corruptos (esto sería como negar el azul de cielo) sino hacer creer que los demás son como ellos.

Durante la semana pasada (además de la cantidad de pruebas que se han vertido), en el juicio que se sigue contra el exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, el exfiscal de Nayarit, Édgar Veytia, aseguró que durante el gobierno de Felipe Calderón se protegió al Cártel de Sinaloa. . Esta semana, Jesús “Rey” Zambada afirmó que entregó al ex secretario 5 millones de dólares en restaurantes de la Ciudad de México  a cambio de “no meterse con la gente del cártel y permitirles el trasiego de cocaína hacia Estados Unidos”. Serias acusaciones, que lastiman al pueblo de México

La lógica y el sentido común, nos haría pensar que ante esos señalamientos, el conservadurismo, tendría la obligación de aclarar las acusaciones y hacer lo posible por limpiar su imagen. Por el contrario,su línea de comunicación confirma los señalamientos y, en vez de ofrecer propuestas para el pueblo, implementa nuevas estrategias discursivas para tratar, de manera siempre fallida, tapar su ADN.

Así, han tratado de erigirse como “un dedo acusador” que miente para señalar que nuestro movimiento de transformación es como ellos.En pocas palabras, confirman su culpabilidad, y como respuesta desesperada, buscan hacer creer que los demás son como ellos también.

Quedaron en evidencia; no pueden defender lo indefendible. Estuvimos sometidos a un régimen de corrupción, contubernio y violencia..

Quieren que la justicia del pueblo deje de verlos a partir de poner los reflectores en cualquiera otro que no sean ellos. Para ello, mentirán, difamarán, distorsionarán la realidad para crear realidades alternas. De la misma forma utilizarán las redes sociales, los medios de comunicación y cualquier herramienta que ayude difundir sus mentiras. Al mismo tiempo, usarán instituciones, jueces, políticos; esto siempre acompañado de mucho, mucho dinero.

“Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”, dice un clásico. Ante la desesperación que produjo la cloaca que se destapó, los emisarios de la derecha busca inútilmente hacer creer que en el proyecto de transformación llevamos a cabo las mismas prácticas. No somos iguales.

El cambio les duele y se resisten con toda la fuerza que han acumulado a costa del pueblo. No es fácil aceptar que México cambió y que hoy, por mucho dinero que tengan, no pueden comprar la conciencia y la voluntad del pueblo. El pueblo es mucha pieza y lo saben.

 

POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES

COLABORADOR

@JOSENARRO

LSN