COLUMNA INVITADA

Gallinas neoliberales

La cuesta de enero se está prolongando  más allá de lo esperado, el mes pasado cerró con la inflación más alta en los últimos 20 años y febrero no parece que vaya a mejorar de forma significativa

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La cuesta de enero se está prolongando  más allá de lo esperado, el mes pasado cerró con la inflación más alta en los últimos 20 años y febrero no parece que vaya a mejorar de forma significativa. Incluso, la situación puede empeorar, se está presentando un alza sostenida en el precio de bienes y productos, los bolsillos de las familias mexicanas recienten un día si y al otro también, los efectos de la inflación. 

Los mexicanos nos habíamos acostumbrado a las crisis económicas, particularmente a las que se daban cada 6 años con el cambio de gobierno, pero el país ha logrado cierta estabilidad económica durante los últimos 20 años. A partir del gobierno de Vicente Fox, la inflación acumulada por sexenio se ha mantenido en 2 dígitos, registrándose la más baja durante el mandato de Peña Nieto, que fue de 27.9 por ciento. 

Si la tendencia sigue como hasta ahora y no pasa nada extraordinario, el actual sexenio cerrará con un porcentaje de inflación acumulada más alto que sus últimos tres antecesores y con niveles de crecimiento económico muy por debajo de lo prometido. Si la inseguridad se había convertido en el mayor problema de este gobierno, un manejo deficiente de la economía y los nulos resultados pueden llegar a ser su talón de Aquiles. 

De los 3 grandes problemas nacionales; la inseguridad, la corrupción y la economía, es el manejo de este último el que más preocupa al gobierno. De forma lamentable, muchos ciudadanos ya se acostumbraron a vivir en un país inseguro y corrupto, se han normalizado ambas situaciones, y acabar con ellas no parece ser una prioridad de la actual administración, la retórica ha sido suficiente para paliar sus efectos. 

En el caso de la economía las cosas son muy diferentes, los efectos de la inflación se sienten mayoritariamente en las clases obreras y populares del país, que dicho sea de paso, son la mayor base electoral de la 4t. Si el descontento por el aumento de precios se generaliza entre la población, se verá mermada la ventaja electoral de Morena y sus aliados para las elecciones de este año, pero sobre todo para la presidencial de 2024. 

El gobierno como en otros casos, tiene que construir la retórica ante la falta de resultados, pero en esta ocasión les va a resultar más complicado, no hay justificación que valga, cuando lo que está en juego es el sustento de las familias. La estrategia de repartir culpas y minimizar lo que está sucediendo, solo será efectiva al corto plazo y siempre que se logre reactivar el crecimiento económico antes de que termine el presente año.

Aún así, las explicaciones ante la escalada de precios no han dejado satisfecho a nadie, ni siquiera a los más abyectos seguidores de la 4T, es difícil dejar de preocuparse, como lo sugiere el presidente, cuando el dinero cada vez alcanza para menos. Tampoco es la mejor opción culpar a los animales o al invierno por los altos precios de los alimentos, es un argumento inverosímil que atenta contra la inteligencia de la mayoría. 

La mejor solución contra la inflación es el crecimiento económico y la generación de empleos, pero para lograrlo hace falta voluntad y dejar atrás las viejas ideas. Ningún discurso, por más explosivo y emotivo que sea podrá contenerla, tampoco bastara con echar culpas al pasado, ni con acusar un complot de los adversarios. Ojalá no se les ocurra decir que las gallinas no ponen huevos porque también son neoliberales.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR

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