COLUMNA INVITADA

El otro juicio de García Luna

El gobierno mexicano reclama 750 millones de dólares que, supuestamente, el ex secretario de seguridad de Felipe Calderón obtuvo de manera ilegal

OPINIÓN

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Onel Ortiz Fragoso / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Genaro García Luna enfrenta dos juicios en EU. El primero, y que acaparó la opinión pública, en el Distrito Este de Nueva York, en donde las autoridades lo acusan de narcotráfico, enriquecimiento ilícito y falsedad en declaraciones. El segundo, de carácter civil, en Florida, donde el gobierno mexicano reclama 750 millones de dólares que, supuestamente, el ex secretario de seguridad de Felipe Calderón obtuvo de manera ilegal.

¿De qué se le acusa a García Luna? Pablo Gómez, titular de la UIF, dijo en una mañaneras de AMLO, que cuando García Luna fue secretario de Seguridad Pública, y después como consultor, tejió una red de corrupción y lavado de dinero. Creó un conglomerado “empresarial-familiar” que obtuvo 30 contratos con órganos de seguridad pública en México. A partir de dichos contratos, obtuvieron recursos públicos por un monto de casi 750 millones de dólares.

Según la UIF, estos beneficios fueron transferidos al extranjero, a través de paraísos fiscales y comprando bienes muebles e inmuebles, así como activos en Florida. “¿Pruebas? ¿Pruebas?”, clamaron algunos medios de comunicación y un sector de las redes sociales. Sólo una de las empresas mencionadas por Gómez aparece relacionada directamente con García Luna. Obvio. Lo acusan de corrupto, no de tonto.

Le creo a Pablo Gómez. García Luna fue el gran ingeniero constructor de una estructura de simulación y de corrupción. Dos que creyeron en las simulaciones de García Luna fueron Vicente Fox y Felipe Calderón; el segundo, después se hizo su cómplice, de acuerdo con testimonios del juicio en NY. García Luna es un hombre sin carisma, inclusive con problemas para expresarse, pero muy inteligente, audaz y ambicioso.

Se hacía el indispensable por sus labores de espionaje y por la representación de operativos. Cuando quería impresionar a alguien, legisladores, gobernadores, presidentes municipales o medios de información, los invitaba a una demostración en el cuartel de la Policía Federal en Iztapalapa.

Todos salían convencidos de la capacidad de la PF para enfrentar el crimen. Colocó a personas de su confianza, no sólo en puestos clave de la administración pública federal, también en los gobiernos estatales y algunos municipios importantes. Primero por miedo y después para pagar favores, autoridades federales y estatales otorgaron contratos a las empresas que el superpolicía indicaba; de lo cual, él recibió moches y comisiones. No hay crimen perfecto. El dinero y el amor no pueden ocultarse.

No hay forma de que García Luna demuestre con sus ingresos de servidor público y después de consultor, la fortuna que ostenta. Los paraísos fiscales eso son. Hoyos negros que quedan fuera del escrutinio de las autoridades. Sin embargo, las declaraciones patrimoniales, su nivel de gasto y sus cuentas legales dan muestra de serías irregularidades. Como dice el clásico: hay que seguir la pista del dinero.

Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

POR ONEL ORTIZ FRAGOSO

ANALISTA POLÍTICO

@ONELORTIZ

MAAZ