ECOS DE LA CIUDAD

El stand up comedian, otra forma del trágico show de la política nacional

Por enésima ocasión, los ciudadanos somos testigos de bravatas, desafíos, escaramuzas y pleitos personales entre servidores públicos de alto nivel, que aspiran a influir en la escena política nacional o, a obtener nuevos cargos de elección popular

OPINIÓN

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Humberto Morgan Colón / Ecos de la ciudad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Por enésima ocasión, los ciudadanos somos testigos de bravatas, desafíos, escaramuzas y pleitos personales entre servidores públicos de alto nivel, que aspiran a influir en la escena política nacional o, a obtener nuevos cargos de elección popular.

No consientes del daño que genera la polarización en una sociedad en la que más de un tercio de su territorio se ubica en la franja de los gobiernos fallidos y miles de ciudadanos que a propósito de los desplantes de los políticos irresponsables y bravucones, ponen en duda las reglas de la sana convivencia y de la legalidad; siguen atizando la hoguera en la casa de paja que hemos construido.

El arte de la política como mecanismo para limar asperezas, encontrar soluciones a problemas abstrusos, lograr armonía y gobernabilidad -tarea fundamental de los mandatarios. Ha dado paso a malos comediantes que utilizan los recursos públicos para agredir a sus adversarios y de paso, sublimar sus conflictos emocionales, como catarsis de sus complicadas, caóticas o enemistadas vidas, que en el acto dejan de ser privadas, aunque después rasgándose las vestiduras, reclamen el respeto a su intimidad.

Olvidan, que la actividad política supone, ante todo, la relación de las mujeres y hombres mismos, sólo que, no tomados individualmente, sino en sus estructuras colectivas. Estructuras que excluyen la simple suma de sujetos humanos, pues la actividad política se dirige a formas determinadas de la vida comunitaria, no a este o aquel sujeto, sino al entramado social que permite darnos reglas y mantener sociedades en las que democráticamente se encuentren soluciones para mejorar la calidad de vida de todos.

Faltando a las promesas y anhelos personales que algún día probablemente fueron motivo para que muchos de ellos se integraran a la vida pública con la idea de mejorar a su sociedad. Hoy, asumen actitudes que tienen directas implicaciones culturales y orientaciones conductuales para personas que absortas en el extremo de sus ideologías, expresan sus diferencias personales y familiares en odios y resentimientos, al igual que sus dirigentes y líderes sociales que desdeñan el mal que se propician a ellos mismos, al favorecer comportamientos de encono y el furor que causan entre sus simpatizantes.

Así, el político concentrado en la lucha por encabezar el siguiente escaño o la titularidad de una nueva Administración; no repara en la calidad ética, ni moral que debe asumir para predicar con el ejemplo, manteniendo la congruencia con principios y valores humanos que fomentan la serenidad para resolver cualquier conflicto.

El stand up comedian, un cuenta chistes o standupero, al que en México se le relaciona con un monologuista de poco talento, se convierte en un papel socorrido para los políticos que lejos de pensar en las estrategias y planes que superen los males que nos aquejan, recurren a la actuación simple, a la del morbo y frecuentemente a la de la vulgaridad, denostando a los adversarios de otros institutos políticos e incluso a sus propios correligionarios, para alcanzar el siguiente peldaño.

Frases como “Yo a diferencia de ti Claudia Sheinbaum, me defiendo uno a uno. Yo contra ti. Tú tienes que pedirle a tu papá Andrés Manuel López Obrador, que te salga a defender”, de la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas a la Jefa de Gobierno, o el “Desde mi punto de vista, es un servidor público sin principios, sin ideales, un farsante”, que espetó el presidente al titular del Consejo General del INE, Lorenzo Córdova, se convierten en los signos de esta época oscura, en donde muchos observamos con naturalidad dichas acciones, embebidos en escuchar la siguiente injuria, para defender al bando con el que nos identificamos o pretender que al oírlas solo es cosa de políticos y que no habrá consecuencias.

¿Usted qué opina?

POR HUMBERTO MORGAN

@HUMBERTO_MORGAN

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