COLUMNA INVITADA

Votar o No Votar: El Dilema Mexicano

A medida que nos aproximamos a las elecciones en México en 2024

OPINIÓN

·
Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

A medida que nos aproximamos a las elecciones en México en 2024, se hace cada vez más evidente una realidad multifacética de la democracia: el acto de votar y el igualmente significativo acto de abstenerse. Esta dualidad, que se manifiesta en cada ciclo electoral, nos lleva a reflexionar sobre la esencia misma de la democracia y la participación ciudadana. Históricamente, el voto ha sido celebrado como la piedra angular de las democracias modernas.

En México, donde la Constitución establece la votación no solo como un derecho sino también como un deber (Artículo 36, fracc.III), el acto de votar ha sido ensalzado como la máxima expresión de la democracia. Sin embargo, es esencial reconocer que este proceso es sólo una cara de la moneda.

La abstención, a menudo vista de manera negativa y simplista como indiferencia o apatía, es en realidad un componente crítico del proceso democrático. En la historia, hemos visto cómo la abstención puede ser un instrumento de protesta y expresión política. Un periódico francés dejo impresas las palabras de un cerrajero durante el plebiscito de 1870 en Francia: “No votemos, ciudadanos. La abstención es la revolución”.

En México, la abstención ha tenido una presencia histórica notable, reflejada en las páginas de diversos periódicos como tema de opiniones, noticias, críticas y otro tipo de reflexiones alrededor de la política. Se ha utilizado para expresar descontento, rechazar candidatos, y como una herramienta política legítima. Este fenómeno nos muestra que la abstención no es simplemente un vacío en el proceso democrático, sino una declaración en sí misma.

Mirando hacia las elecciones de 2024, es crucial que reconsideremos nuestras perspectivas sobre el voto y la abstención. Mientras que votar es indudablemente un acto de participación directa, la abstención también puede ser una forma de participación ciudadana, un medio para expresar desacuerdo o descontento con el sistema o las opciones disponibles.

Por lo tanto, mientras nos preparamos para el próximo ciclo electoral, debemos preguntarnos: ¿Cómo podemos, como sociedad, dar espacio a estas dos formas de expresión? ¿Cómo podemos asegurar que tanto el voto como la abstención sean reconocidos como actos legítimos y significativos en nuestro sistema democrático?

En última instancia, tanto votar como abstenerse son reflejos delas diferentes maneras de hacer política. Es una realidad que actualmente vivimos una etapa de fuerte desencanto político, que no necesariamente se traduce en abstenerse al voto. Para varias y varios es una decisión del mal menos peor, la cual parecería ser la mentalidad que dominará las próximas elecciones. Ciertamente, hay que reevaluarse lo cada uno hace con su voto.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

MAAZ