En diciembre de 2021, Joaquín Villalobos escribió un certero y premonitorio artículo donde identificaba los rasgos del populismo chavista y los errores cometidos por la oposición venezolana que han permitido la continuación de ese modelo en su versión madurista hasta la fecha. Dos años después, el texto resulta por demás vigente.
1. “Con alta popularidad, los militares de su lado, mucho dinero y todas las instituciones en sus manos, Hugo Chávez pudo hacer lo que le dio la gana frente a una oposición débil y fragmentada”.
2. “A muchos presidentes de izquierda o derecha les encantaría concentrar poder, pero el funcionamiento de las instituciones se los impide, aunque sean muy populares. La independencia de poderes y la neutralidad de las Fuerzas Armadas son por ello cruciales”.
3. “La popularidad de los populistas se degrada lentamente, incluso si su gobierno es un desastre, porque son una consecuencia del colapso moral de la política. La gente está enojada y tarda en reconocer que está siendo engañada”.
4. “El populismo es una venganza, nace de la polarización, se considera víctima, niega el diálogo, divide a la sociedad en buenos y malos, fomenta el conflicto y considera que quienes piensan diferente deberían desaparecer”.
Para Villalobos, superar un gobierno populista requiere paciencia, resistencia y oferta de futuro. “Al populismo es mejor sudarlo”, restablecer la convivencia y reunificar al país. Sobre todo, mantener unidad en la defensa de las instituciones que permitan una salida pacífica.
Este llamado es pertinente para nuestro país. Llevamos cinco años con la autollamada 4T avanzando en la concentración del poder y la destrucción institucional. Hasta ahora, el Poder Judicial, particularmente la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Tribunal Electoral, han sido los últimos contrapesos, pero podrían terminar sucumbiendo al asedio oficial. El titular del Trife está a punto de caer, dejando en vilo a la máxima autoridad en materia electoral en vísperas de los comicios más grandes de la historia. Más grave aún, el presidente redobló su apuesta y anunció que en febrero presentará la inicativa para someter la designación de jueces, magistrados y ministros a elección popular, alentado por la ruptura del “bloque de contención” integrado por la oposición en el Congreso.
La fallida candidatura presidencial de Samuel García ha dado el pretexto perfecto a Movimiento Ciudadano para victimizarse y cargarle la factura a la alianza PRI, PAN y PRD. Con los votos de Movimiento Ciudadano, Morena alcanzaría la mayoría calificada en el Senado y quedaría cerca en la Cámara de Diputados para aprobar la reforma constitucional que daría la puntilla a la frágil democracia mexicana.
¿Tendrá la oposición nacional, a diferencia de sus pares en Venezuela, la madurez y unidad necesarias? De ello dependerá si logramos salir de la trampa o continuamos sudando el populismo los años por venir.
POR VERÓNICA ORTIZ
COLABORADORA
@VERONICAORTIZO
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