La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 9 de diciembre como el Día Internacional contra la Corrupción, con la finalidad de que a través de mensajes, campañas y acciones se genere conciencia respecto a esta situación que tanto afecta al mundo y se acentúe la importancia de su prevención y combate en el ámbito internacional. Por otra parte, se pretende divulgar la importancia de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción que este año cumple su vigésimo aniversario y de la cual México forma parte desde 2004.
La corrupción es un fenómeno social, político y económico, que afecta a todos los países, tiene diferentes definiciones y usos dependiendo el contexto en el que se aplique y representa una amenaza para el desarrollo, la democracia y la estabilidad. En términos generales consiste en una conducta deshonesta, fraudulenta y/o ilegítima por parte de aquellos que están en el poder. Tiene repercusiones negativas en todos los aspectos de la sociedad y está muy relacionada con las situaciones de conflicto y con la inestabilidad. Además, pone en peligro el desarrollo social y económico así como a las instituciones democráticas y el Estado de derecho.
En México, de acuerdo con el Índice de Riesgos de Corrupción (IRC) 2023, 184 instituciones federales (71%) incrementaron su riesgo de corrupción en compras públicas y en 2022, adjudicaron 2 millones 500 mil pesos a empresas fantasma, 107 millones 868 mil a empresas sancionadas y 3 mil 474 millones a empresas de reciente creación. ¿No se suponía que López Obrador acabaría con la corrupción? ¡Demagogia pura! Entre 2021 y 2022 los riesgos de corrupción en las compras públicas del Gobierno Federal aumentaron.
Como si esto no fuera suficiente, México retrocedió dos puestos en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de 2022, publicado por la organización Transparencia Internacional, al caer de la posición 124 al 126 de 180 países evaluados, además de ser el país más corrupto de la OCDE y de los más corruptos del G20. Incluso, nuestro país está peor calificado que Uruguay, Chile, Costa Rica, Cuba, Colombia, Argentina, Brasil, Ecuador, Panamá, Perú, El Salvador y República Dominicana.
En México podemos ver reflejada la corrupción en la desconfianza que se tiene hacia las autoridades, la distribución desigual de recursos y oportunidades, y en los millones de pesos aplicados a los caprichos del presidente. La desviación de fondos en el actual sexenio es evidente y el ataque a las instituciones democráticas del país encargadas de la rendición de cuentas es una de las actividades favoritas del inquilino de Palacio. Es un hecho que el gobierno morenista está destruyendo nuestro país.
Es importante que en las próximas elecciones estemos más alertas que nunca, pues una de las características de este fenómeno es que destruye a las instituciones democráticas al tergiversar los procesos electorales y eso no lo vamos a permitir. No dejaré de alzar la voz a través de denuncias a nivel nacional e internacional pues resulta fundamental que el mundo sepa lo que el gobierno actual es capaz de hacer.
Mariana Gómez del Campo
Secretaria de Asuntos Internacionales del CEN del PAN
@MarianaGC
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