Mientras el mundo pone su foco en la Inteligencia Artificial, el gran desafío de esta nueva era tecnológica es la seguridad cibernética. América Latina ha sido víctima de numerosos ataques cibernéticos, afectando principalmente a varias de sus economías más importantes, como Brasil, México, Colombia y Perú.
Cada uno de estos ataques, aunque pasen desapercibidos para la opinión pública, tienen un impacto importante en la confianza en el entorno digital del país, y, por ende, en la economía de este. Para comprender mejor la importancia de la ciberseguridad en América Latina, existen cuatro factores principales que vale la pena analizar.
En primer lugar, tenemos el impacto de la pandemia de COVID-19. La pandemia aceleró la migración hacia el trabajo remoto y los servicios en línea. Aunque esto ha sido fundamental para mantener la continuidad de las operaciones durante la crisis, también ha expuesto a las organizaciones y a los ciudadanos a un mayor riesgo de ciberataques.
La falta de infraestructura tecnológica adecuada ha dejado a muchas organizaciones vulnerables a amenazas cibernéticas.
En segundo lugar, está el surgimiento de la inteligencia artificial y su aplicación en el ámbito público. Esto plantea nuevos desafíos en términos de regulación y seguridad. Si bien la inteligencia artificial puede proporcionar beneficios significativos, también plantea preocupaciones en cuanto a la privacidad de los datos y el riesgo de sesgos algorítmicos.
El nearshoring también es un factor a tomar en cuenta. La tendencia de las grandes empresas a realizar cambios en su cadena de suministro, ha abierto oportunidades económicas en países como México, Costa Rica, Argentina y Brasil. Sin embargo, resulta necesario fortalecer los procesos tecnológicos y las condiciones de inversión desde el gobierno, incluyendo la confiabilidad de la información y la infraestructura.
Y, por último, debemos tener en cuenta la regulación. Algunos países de América Latina como Ecuador, Costa Rica y Perú han implementado marcos regulatorios sólidos. Sin embargo, otros países como México, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Panamá y Uruguay carecen de legislación específica en esta área, dejando a la región vulnerable a los ciberataques.
Resulta crucial que los gobiernos, las empresas y la sociedad civil prioricen la ciberseguridad, adoptando medidas concretas para su fortalecimiento.
Esto implica la implementación de regulaciones claras, como la Convención de Budapest o el Convenio 108, ya que una estrategia o política de seguridad informática bien implementada no solamente protege al país y sus ciudadanos, también puede fomentar la atracción de inversiones, la generación de empleo y el desarrollo
POR SANTIAGO TARACENA
ASOCIADO DEL PROGRAMA DE JÓVENES DEL COMEXI
@SANTI_TARACENA
MAAZ