TRES EN RAYA

La ilegalidad explicada

Samuel García lanzó una nueva ronda de mentiras, entre ellas culpar al PAN, PRI y PRD de no haberle permitido contender, cuando él fue quien se bajó

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Que sí, que no, que quién sabe. Así tuvo Samuel a los regios un buen rato. Pero ya terminó lo que daba. Su espectáculo no colmó las expectativas (¡y qué bueno!).

Luis Enrique Orozco, hasta ayer gobernador interino, renunció ante el Congreso local con objeto de que no se siguiera profundizando la crisis gubernamental en Nuevo León.

Y la mayoría legislativa privilegió la madurez política y de inmediato votó la renuncia de Orozco y la revocación de la licencia autorizada al gobernador Samuel García (y por lo mismo su reincorporación al cargo).

Esperemos nadie olvide, no obstante, que Samuel García además de haber puesto a su entidad en un estado de incertidumbre política, a Movimiento Ciudadano (su partido) como esquirol de la 4T y a él mismo retratado de cuerpo entero como mentiroso contumaz y anti demócrata como pocos, cometió una serie de ilegalidades. Lo correcto sería que se le castigara por ello.
Haré un resumen de estas para que quede constancia.

Es importante registrarlas, máxime en razón de que el presidente de México no ha dejado de defender a Samuel, lo que es grave.
Veamos. García Sepúlveda le mintió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Presentó hechos falsos para obtener su licencia al cargo como gobernador y, lo que es más, dijo que la había solicitado previamente al Congreso local cuando nunca lo hizo.
Presentó también un dictamen falsificado del Congreso (2022) para hacerlo pasar como de este año, falseando con ello el motivo esgrimido para obtener una posible licencia temporal. Al respecto existe ya una denuncia contra el gobierno del estado por falsificación de documentos.

Para justificar que él fuera quien nombrara al encargado de despacho en su ausencia, compró a autoridades del Poder Judicial para conseguir distinto tipo de amparos que, valga decir, no podían otorgar los jueces que se los concedieron.
El asunto escaló entonces a la SCJN y la misma emitió una resolución informando (recordando) que la designación del gobernador interino era prerrogativa exclusiva del Congreso de Nuevo León. Samuel no hizo caso a dicha resolución; cometió desacato.
Luego consiguió otro “amparo” y recurrió a otras instancias de menor jerarquía que la Suprema Corte dentro del mismo aparato judicial para justificar sus actos.

Después, se fue de candidato —lo que poco duró— y regresó para nombrar interino a quien él había designado. Ante la falta de obediencia a la resolución previa, la Suprema Corte de Justicia de la Nación volvió a indicar que solamente el Congreso local podía nombrar a un nuevo gobernador interino para el periodo que Samuel había pedido licencia, esto es, seis meses.

Mientras Luis Orozco fungió como gobernador interino (entre el 2 y el 4 de diciembre), Samuel publicó en el Diario Oficial de Nuevo León su licencia, así como la cancelación de la misma en lo que constituye abierta usurpación de funciones.
Habiendo un gobernador interino en funciones, nombrado por el Congreso local conforme a la Constitución local, García retomó sus funciones al frente del gobierno neoleonés.

Al mismo tiempo, durante dos días, continuó con sus actos proselitistas como precandidato a la Presidencia de la República.
Más adelante, el gobernador lanzó una nueva ronda de mentiras. Entre ellas culpar al PAN, PRI y PRD de no haberle permitido contender en las elecciones próximas, lo anterior a sabiendas de que quien decidió no seguir en la carrera presidencial y con su precampaña fue él mismo.

Ese es el gobernador que tienen los neoleoneses. Ese es otro de los políticos que arropa Andrés Manuel.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN 

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

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