COLUMNA INVITADA

Fox y Calderón: gobierno de mediocres

Los paralelismos históricos nunca son exactos, pero entre Vicente Fox Quezada (presidente de México del 2000 al 2006), Felipe Calderón (2006 al 2012) y el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador los logros de este último son arrolladores

OPINIÓN

·
César Cravioto / Colaborador / Opinión del Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Que insignificantes se ven los gobiernos de Fox y Felipe Calderón comparados con los que ha hecho López Obrador en su sexenio. Eso los tiene más que enchilados.

Los paralelismos históricos nunca son exactos, pero entre Vicente Fox Quezada (presidente de México del 2000 al 2006), Felipe Calderón (2006 al 2012) y el actual mandatario Andrés Manuel López Obrador los logros de este último son arrolladores.

Fox  se comprometió a acabar con las alimañas, las sanguijuelas, con el priismo más corrupto y terminó aliado con ellos. Le dejó por ejemplo la Secretaría de Educación a Elba Esther Gordillo, y con Felipe Calderón su obra emblemática fue la Estela de Luz, y la refinería que dijo haría en Hidalgo terminó solo en barda.

Con el programa de adultos mayores a lo más que llegó fue a apoyarlos con una parte pequeña, con mil cien pesos cada  bimestre, mientras que el apoyo del gobierno de López Obrador hacia ese sector superará en más de cinco veces esa cantidad, y eso que ellos no tuvieron pandemia, y contaron con el petróleo a más de 100 dólares por barril (sobre todo durante la administración de Fox).

La construcción de aeropuertos; de refinerías; la disminución de la pobreza; el fin de la corrupción en el gobierno; la austeridad republicana; la implementación de programas de atención a personas con discapacidad; el Tren Maya; la mejoría en la economía; el trabajo con transparencia; el hacer cumplir las leyes; el gobernar para todos.

El aumento de programas de atención a niños y jóvenes; la erradicación de pensiones para expresidentes; el no endeudar al país; el terminar las obras públicas; el mantenimiento de caminos y carreteras; la generación de empleos y la mejoría en la educación pública; sus históricas reformas y cinco años sin aumentar ni crear nuevos impuestos, son algunas de las estrategias mejor calificadas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Fox canceló su proyecto para el aeropuerto de Texcoco a cabo de nueve meses de conflictos con los campesinos de San Salvador Atenco, -tras la negativa de las comunidades ejidales para la edificación del nuevo aeropuerto sobre sus tierras-, mientras que a lo largo de la gestión del presidente AMLO se terminaron construyendo dos aeropuertos: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) en la Ciudad de México, y el Aeropuerto Internacional Felipe Carrillo Puerto en Tulum, Quintana Roo.

Los programas sociales de los Gobiernos de Fox y Calderón fueron meros paliativos para la pobreza y mecanismos con fines electorales– mientras que los programas sociales y el aumento salarial (que acumula 90 por ciento en términos reales en lo que va de la actual administración) sacaron a 5.1 millones de personas de la pobreza.

Datos del Consejo Coordinador Empresarial indican que el presupuesto para programas prioritarios del gobierno de Andrés Manuel López Obrador aumentó en 71 por ciento entre 2019 y 2022.

La gestión de Felipe Calderón fue marcada, desde el inicio por el fraude respecto de su triunfo en las elecciones presidenciales del 2 de julio de 2006; mientras que según Morning Consult del Financial Times, hoy AMLO es el segundo líder más destacado del mundo, sumado a un 79 por ciento de aprobación en México de acuerdo con varias encuestadoras, entre ellas: De las Herencias Democtenia.

Los puntos más bajos de la aprobación de Calderón estaban cerca del 50% entre 2010 y 2011. Estas bajas parecen estar asociadas a percepciones sobre los niveles que alcanzó la violencia en México en ese punto y la incapacidad del Gobierno para hacerle frente. (SciELO Analytics, María Fernanda Somuano, Colegio de México).

En tanto, la popularidad del presidente Vicente Fox seguida por la encuestadora Parametría registró una significativa caída en los últimos cuatro meses de su sexenio, del que se despidió con un nivel de aprobación del 51 por ciento entre los mexicanos que del 2000 al 2006 parecen haber vivido bajo el impacto mediático de las campañas del mandatario.

En cuanto al desempeño de la economía, Georgina Naufal, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, reportó  en su Balance de la Política Social del Gobierno de Felipe Caderón que al concluir el sexenio del ex mandatario la tasa de crecimiento era muy lenta, el crecimiento de la productividad de los factores seguía siendo negativa, los graves problemas estructurales en los sectores energía, telecomunicaciones y agropecuarios se mantenían sin cambio. El mercado laboral seguía siendo imperfecto y la informalidad era creciente.

Además, las finanzas públicas dependían del petróleo; y la desigualdad y pobreza, pese al crecimiento del gasto público no disminuyó. La falta de movilidad social y el lento crecimiento tendieron a aumentar la violencia y la criminalidad exacerbada por la guerra contra el narcotráfico.

En contraste diversos datos pueden dar idea de cómo tras la elección de López Obrador, la economía mexicana se ha ido transformando sin tener que entrar en una crisis económica seria como en el pasado.

Para lograr ese crecimiento el gobierno de la Cuarta Transformación ha tomado una serie de decisiones como: una política social con transferencias directas a los beneficiarios eliminando intermediarios; los recortes al gasto público más agresivos de la historia de México; un programa de inversiones públicas en el sureste del país, una sólida relación con los aliados comerciales del país.

Hoy la economía mexicana destaca a nivel internacional por lograr tres años consecutivos de crecimiento que superan el 3% anual; y el peso sigue firme frente al dólar contrario al periodo neoliberal de los gobiernos de Calderón y Fox caracterizado por la corrupción y el pillaje.

En 2005, ya durante el foxismo, el PRI y el PAN reformaron la Ley del Impuesto sobre la Renta para conceder a las grandes corporaciones económicas y financieras el privilegio de diferir el pago de impuestos hasta por el 100 por ciento de sus contribuciones; los ingresos tributarios entre 2019 y agosto de 2023 ascienden a 16.9 billones de pesos de acuerdo al SAT, y al cierre del Gobierno del Presidente AMLO se prevé que esta proporción registre un promedio de 56%. Bajo la actual administración las grandes empresas continúan saldando sus cuentas con el fisco mexicano.

Hoy, la mayoría de la gente apoya la Cuarta Transformación y hasta los empresarios están cooperando: pagan sus contribuciones, invierten, crean empleos, aceptan utilidades razonables, mientras los opositores odiadores continúan aturdidos, desconcentrados y enchilados.

Entre tanto, Fox va diciendo palabrotas, confesando que estuvo detrás del desafuero de AMLO en 2005, y arrepentido de haber dado marcha atrás: “no sé porque no culminé la tarea con una gran estocada”, dijo; y Calderón aún sin aceptar la invitación del Presidente a la mañanera, para que aclare cuál fue su relación con el exsecretario de seguridad Genaro García Luna, incluso con la promesa de no hacerle ninguna pregunta.

¡Ni así!

POR CÉSAR CRAVIOTO ROMERO

SENADOR DE LA REPÚBLICA POR LA CIUDAD DE MÉXICO

@CRAVIOTOCESAR

PAL