POLÍTICA Y DIPLOMACIA SOSTENIBLE

COP28: la gran adicción

El presidente de la Conferencia, Sultán Al-Jaber, encabeza la compañía petrolera nacional, aunque también es un promotor de energías limpias

OPINIÓN

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Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Dubai. La 28ª Conferencia de los estados parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre cambio climático, la COP28, se celebra en una de las ciudades más dinámicas del golfo pérsico, del mundo árabe y del siglo 21. Prácticamente no aparecía en los mapas en siglos anteriores. Hoy es la capital económica de los Emiratos Árabes Unidos, y uno de los principales centros financieros del Medio Oriente. 

El presidente de la Conferencia, Sultán Al-Jaber, encabeza la compañía petrolera nacional, aunque también es un promotor de energías limpias. Su designación causó asombro e incredulidad en círculos internacionales, críticas de expertos y rechazo de los activistas ambientales. Y con razón. Después de todo, la incesante quema de combustibles fósiles durante el último siglo y medio (petróleo, gas y carbón), ha sido la principal causante del calentamiento global. 

El cambio climático está provocando, en todo el globo, sequías más profundas y prolongadas, inundaciones catastróficas, huracanes nunca vistos (como el Otis que devastó Acapulco), la evaporación de los glaciares, el descongelamiento de los polos, y la elevación del nivel del mar. Las altas temperaturas tienen consecuencias para la salud y la seguridad alimentaria de la población de muchos países, y están empujando a millones de personas a abandonar sus comunidades de origen.

Como sucede cada año, el mundo está pendiente de los resultados de la COP28, que finalizará el próximo 12 de diciembre. Más de 150 jefes de estado o de gobierno vinieron a Dubai para difundir sus esfuerzos contra el cambio climático, o bien, en el caso de países en desarrollo, para exigir a los países desarrollados financiamiento para enfrentar una crisis ambiental que ellos no provocaron.

Es prematuro predecir si esta COP28 registrará avances significativos. Pero es justo reconocer que en esta conferencia se aprecia un ambiente más auspicioso que en COP anteriores. El cónclave ya logró algunos resultados que renuevan la esperanza de que nuestra especie sí encontrará la forma de evitar una catástrofe climática.

En el primer día de la reunión se alcanzó un acuerdo para hacer operativo el “Fondo de Pérdidas y Daños”, cuya creación se decidió hace un año en Egipto, en la COP27. Este Fondo responde a una demanda básica de la justicia climática internacional. Apoyará a las naciones de menor desarrollo, las que menos han contribuido al cambio climático, pero que están enfrentando sus consecuencias más graves. Hasta ayer algunos países desarrollados y del golfo pérsico habían anunciado contribuciones superiores a los 600 millones de dólares. 

Asimismo, las promesas de contribuciones para el “Fondo Verde”, dedicado a financiar proyectos de mitigación y adaptación, ya superaron los 10 mil millones de dólares, incluyendo una contribución de tres mil millones de Estados Unidos, anunciada por la vicepresidenta Kamala Harris. Son gestos muy modestos para la inmensidad del reto climático, pero generan un ambiente menos polarizado en las negociaciones. 

El presidente de la conferencia también ha promovido declaraciones sobre la reforma de los sistemas alimentarios, que son responsables de un tercio de las emisiones globales de gases efecto invernadero, así como otra más que pone en la atención pública los daños a la salud que causa el cambio climático.

Pero quizá la más significativa sea la “Carta de Descarbonización del Petróleo y el Gas”, promovida junto con Arabia Saudita, mediante la cual 50 empresas petroleras, que representan el 40 por ciento de la producción mundial de petróleo, se comprometen a cero emisiones de metano y otros gases con efecto invernadero a más tardar en el 2050. Si cumplen, tendrán un impacto considerable en la reducción global de esas emisiones. Pero, hay que subrayarlo, la oferta es que eliminarán gradualmente las emisiones en la producción de petróleo y gas, no de eliminar hacia 2050 la quema de hidrocarburos, como exigió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, apoyado por muchos países, en su discurso inaugural. file:///C:/Users/L03125624/Downloads/231202_%20President%20Launches%20OGDC%20PRL%20Announcement_Release.pdf 

La Unión Europea y 118 países, México incluido, emitieron una declaración en la que prometen triplicar la capacidad de producción de energías renovables, y duplicar la eficiencia energética hacia 2030. Es posible que este compromiso forme parte de las decisiones finales de la Conferencia. Si así ocurre, será una poderosa señal para incentivar inversiones públicas y privadas en la producción de energías limpias, que impulsen la transición energética, de la que inexorablemente depende que el aumento de la temperatura global no rebase 1.5 grados, el principal objetivo del Acuerdo de París, la sostenibilidad ambiental y la protección de la biodiversidad del planeta. https://www.swissinfo.ch/spa/cop28-clima_116-pa%C3%ADses-se-comprometen-a-triplicar-la-capacidad-renovable-a-2030-y-duplicar-eficiencia/49025602 

Sin embargo, los expertos del Foro Internacional de Energía calculan que la industria petrolera incrementará en 28 por ciento sus inversiones hacia 2030, para responder al incremento previsto de la demanda mundial, y garantizar la seguridad en el suministro energético. Indudablemente, estas nuevas inversiones retrasarán la transición hacia las energías renovables, lo que también demuestra el enorme poder de los intereses petroleros, y la descomunal adicción de la economía mundial hacia combustibles fósiles, muchas veces subsidiados por los gobiernos. https://www.eleconomista.es/energia/noticias/12208860/03/23/La-inversion-en-petroleo-y-gas-debe-subir-un-28-hasta-2030.html 

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS ES PROFESOR EN EL TEC DE MONTERREY
@MIGUELRCABANAS/MIGUEL.RUIZCABANAS@TEC.MX  

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