La madrugada del 3 de enero de 1924 en el cementerio de Mérida, Yucatán, fue fusilado el gobernador de esa entidad, Felipe Carrillo Puerto y 14 de sus correligionarios, han transcurrido 100 años de ese hecho deleznable; asumió el poder el 1 de enero de 1922, con el apoyo del Partido Socialista del Sureste.
En esa fecha señaló: “No hay que olvidar, compañeros, que tenemos muchos enemigos dentro y fuera de Yucatán, porque, aunque somos pequeños, todos los pueblos de la tierra están en contra nuestra, porque nos ven agrupados trabajando por el bienestar y la felicidad comunes”.
El Dragón Rojo con Ojos de Jade, como le llamaban sus detractores, nació en Motul, Yucatán el 8 de noviembre de 1872, en la semblanza de Carrillo Puerto, escrita por Rafael Pérez-Taylor y Aldrete, en el Diccionario de la Revolución Mexicana, editado por la UNAM, se lee: “Desde muy pequeño se caracterizó por su vocación de justicia social y antes de cumplir la mayoría de edad fue encarcelado por promover que se derribara una cerca construida por los hacendados de Dzununcan para impedir el paso de los indígenas mayas”.
Paralelo al suceso arriba citado, ha transcurrido una centuria de que el general sonorense y ministro de Hacienda, Adolfo De la Huerta se inconformara porque su paisano y entonces Primer Mandatario, Álvaro Obregón inclinara la balanza de la sucesión presidencial en 1923 a favor del también sonorense Plutarco Elías Calles; así se gestó el movimiento delahuertista.
El mandatario Carrillo Puerto, tomó partido con Álvaro Obregón, motivo por lo cual, abandonó Mérida, pues los sublevados llegarían a la entidad, su idea era llegar a las costas de la península y después viajar a Cuba para posteriormente ir a Estados Unidos y adquirir armamento a los insurrectos.
Carrillo Puerto es capturado por los sublevados el 20 de diciembre de 1923 en Holbox; Juan Ricárdez Broca, usurpa el poder de Yucatán y recibe órdenes de parte de la Huerta que deje libre a los detenidos, sin embargo, hace caso omiso; a los detenidos se les sigue un Consejo de Guerra, por atentados a las garantías individuales, la madrugada del 3 de enero de 1924, Carrillo Puerto y sus acompañantes, fueron sacados de la Penitenciaría Juárez, maniatados y trasladados en camiones del ejército al panteón civil de Mérida, donde fueron fusilados bajo el mando el mayor Bernardo Bielmas; entre las tumbas cayeron muertos Carrillo Puerto y sus hermanos, Wilfrido, Benjamín, Edesio y Manuel Berzunza, Pedro Ruiz, el capitán Manuel Urquía, por citar solo a ellos.
El 10 de diciembre de 1923, Carrillo Puerto le escribe a su amada Alma Reed, su última carta: “Con todo mi cariño te envío recuerdos y espero que tu pienses lo desgraciado que soy sin ti a mi lado, no tengo ningún consuelo, ni una caricia la más insignificante. Recibe todos los besos de mis labios y todo el amor de este pobre hombre sediento de felicidad. Tuyo hasta que me muera”.
POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS
COLABORADOR
MAAZ