COLUMNA INVITADA

Año Nuevo, Memorias Viejas

Nuestra memoria de 2023 es una combinación de experiencias personales, colectivas y mediáticas

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Desde hace tiempo, décadas atrás, los años representan para la humanidad más que el simple avanzar de los relojes. Esto no significa que antes, refiriéndome a siglos pasados, uno no pudiera mirar en retrospectiva y recordar todas las experiencias del año pasado. Ahora hay recuerdos por todos lados, compartidos dentro del entorno global que rodea a gran parte de las sociedades. Los medios de comunicación y las redes sociales crean nuevas memorias de un carácter colectivo sobre aquellos acontecimientos populares que, por alguna o varias razones, merecen estar impregnados en nuestra mente, de tal manera que conozcamos la respuesta a la pregunta: ‘¿Qué pasó este año?’ al momento de recordar.

Cuando miramos hacia atrás, intentando reflexionar sobre nuestras vidas pasadas, a veces resulta difícil separar la experiencia personal de cada uno. En otras palabras, nuestra memoria de 2023 es una combinación de experiencias personales, colectivas y mediáticas. ¿Quién realmente tiene la capacidad de hacer un recuento de este año sin pensar en lo que vio en la televisión, las redes sociales, los periódicos o incluso en conversaciones sobre el tema de moda?

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No está de más hacerse estas preguntas, ya que, a fin de cuentas, a partir de ellas generamos nuestras expectativas del futuro a celebrar. Un autor que probablemente no conozcas, James Daniel Cleaton, a quien descubrí por accidente en un periódico del 30 de diciembre de 1913, escribió el siguiente poema: “Observé la lucha del año viejo y luego dije, con una sonrisa, - ‘Ah, ahora el año nuevo brillante se quedará con nosotros un rato’ - Pero antes de que mis sueños esperanzados se realizaran, un día han muerto y pasado; parece que comienzan a decaer”. El año 2023 termina y, como siempre, recibimos el 2024 con una sonrisa llena de memorias que rescatamos de lo que ya fue. No me atrevo a decir que es una mueca de esperanza, de nervios o de tristeza. Para muchos, como el poeta con su pequeño fragmento, los sueños parecen haberse realizado y luego desvanecido, algo que ha muerto y ahora se descompone, sin embargo, se sigue adelante marcando los años al igual que las millas en un viaje.

En la despedida de este año, cada individuo lleva consigo su propio compendio de momentos, tanto íntimos como universales. El poema de Cleaton resuena aún en esta era moderna, recordándonos la caducidad de nuestros sueños frente a la inmutabilidad del tiempo.

 

GKA