CONECTANDO CABLES

La Mesa del Recalentado

Compartir los alimentos en este día 25 de diciembre, siempre es un momento muy especial. El Judaísmo y el Cristianismo, asocian a los alimentos con la intimidad de la espiritualidad

OPINIÓN

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Miguel Ángel Marmolejo / Conectando Cables / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

No hay mejor día que hoy para escribir sobre la tradición del recalentado. Esta hermosa tradición reúne una vez más a la familia y amigos, para volver a degustar de la cena de navidad, que sin duda sabe más sabrosa.

También invade la nostalgia de los recuerdos, aquella emoción de estrenar y jugar con los propios y los otros juguetes de los demás, no sin antes haber preguntado que te trajo el niño Dios, que, a diferencia de los Reyes Magos, en Ciudad de México, por acá llega antes, sin faltar la broma de que a alguien solo le trajo un carbón.

El compartir los alimentos en este día 25 de diciembre, siempre es un momento muy especial. El Judaísmo y el Cristianismo, asocian a los alimentos con la intimidad de la espiritualidad.

Desde el maná caído del cielo, hasta la eucaristía instituida por Jesús en conjunto con la multiplicación de los panes, aunque también coexiste con la negación voluntaria a los mismos, como es el caso del ayuno, donde ambas religiones encuentran correspondencia con el Islam.

En la mesa de los alimentos se comparten momentos de alegría y de tristeza, de anhelos y frustraciones, de meditación y superficialidad, de memes y videos, de chistes y tragedias, sin faltar uno que otro chisme; pero siempre con la disposición tanto de los comensales como del anfitrión, de compartir vivencias y escucharse mutuamente, al tiempo para degustar del rico recalentado, a menos claro está, que sea la nueva versión del aguafiestas, un -adicto digital- en constante estado de dispersión y aislamiento. 

Por eso bien se dice en México, “panza llena corazón contento”, lo que es igual a sentir el calor de familia y la camaradería de los amigos, reunidos alrededor de la mesa del recalentado. 

Podría decirse que el recalentado es la parte final de la cena de noche buena, es una festividad continuada única en México, (ni modo que en Estados Unidos se pierdan del Black Friday después del Thanksgiving), es decir aquí es un día extendido con duración de 48 horas, que uno desea apropiarse y quedarse disfrutando al máximo, atesorando dichos momentos, aunque esto sea una simple ilusión, pero, ¿qué no así se fortalecen los ideales?, como la satisfacción del deber cumplido, los cuales se ejercitan con la práctica de las virtudes.  

Lo importante al final de cuentas es seguir cíclicamente la siguiente fórmula: repetir, convivir y ser feliz, para volver a vivir. 

Disfrute de su recalentado.

POR MIGUEL ÁNGEL MARMOLEJO

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