COLUMNA INVITADA

Los presidentes, sus obras y reformas

Los gobiernos quedan en la memoria por sus obras de infraestructura

OPINIÓN

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Onel Ortiz Fragoso / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Los gobiernos quedan en la memoria por sus obras de infraestructura y por los cambios a la legislación que impulsan. Andrés Manuel López Obrador inició la etapa de poner en marcha las obras de su gobierno, estén concluidas, o no. Hay una necesidad política y una razón histórica para este frenesí de inauguraciones.

En la historia de bronce, a Benito Juárez se le recuerda por muchas cosas, entre éstas por la llamada Ley Juárez, la Constitución de 1857 y por derrotar al imperio de Maximiliano. Lázaro Cárdenas no construyó un kilómetro de carreteras, pero se le recuerda por el reparto agrario, la expropiación petrolera y el asilo a la república española, entre una larga lista de cambios. A Miguel Alemán por la construcción de Ciudad Universitaria y el Anillo Periférico. A Adolfo López Mateos por la nacionalización de la Industria Eléctrica y los libros de texto gratuito.

Gustavo Díaz Ordaz sería recordado por las Olimpiadas de 1968 y por la inauguración del Metro, en cambio fue repudiado por la Matanza de Tlatelolco. Los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo fueron los sexenios de la crisis, las devaluaciones y el endeudamiento; el de Miguel de la Madrid el del terremoto y la devaluación.

En los años del neoliberalismo, Carlos Salinas, ahora repudiado por el gobierno, su recuerdo está presente en sus reformas a los artículos 27 y 130 constitucionales; en las privatizaciones y en la firma del TLC; a Ernesto Zedillo se le recuerda por la privatización de ferrocarriles, la reforma al poder judicial y la crisis económica. A Vicente Fox por su “changarrización”; a Felipe Calderón por la guerra contra el narcotráfico y la privatización de la industria eléctrica; pudo construir una refinería y un nuevo aeropuerto, pero sólo construyó una barda.

Enrique Peña Nieto pasó a la historia por sus reformas estructurales, entre éstas, la privatización de Pemex. Inició la construcción del nuevo aeropuerto de la CDMX y el tren a Toluca, pero en seis años no los pudo concluir. Los escándalos de corrupción lo alcanzaron y su gobierno quedó paralizado.

Andrés Manuel López Obrador, sea como sea, concluirá su gobierno con un nuevo aeropuerto, dos nuevas refinerías, una construida y otra comprada; tres ferrocarriles de pasajeros funcionando, El Maya, el Transístmico, El Insurgente, de CDMX a Toluca y siete concesiones ferroviarias más; así como, convirtió sus principales programas sociales en derechos constitucionales.

El único bien no renovable en la política es el tiempo. Los diez meses que le restan al gobierno, pasarán como un suspiro para López Obrador. Sus obras de infraestructura están en proceso de consolidación, en el mediano plazo se sabrá si éstas serán elefantes blancos o polos de desarrollo. Por lo pronto a seguir cortando listones. Eso pienso yo, ¿usted qué opina?

La política es de bronce.

POR ONEL ORTIZ FRAGOSO

ANALISTA POLÍTICO

@ONELORTIZ

MAAZ