COLUMNA INVITADA

Tercer acoso a nuestras instituciones electorales

Lo que parece suceder es la captura paulatina por parte del régimen obradorista del INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación

OPINIÓN

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Gustavo de Hoyos Walther / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Cuando en 1929, Plutarco Elías Calles, junto con otros militares y caudillos, fundó el Partido Nacional Revolucionario, inició un nuevo período en la historia política de México. El politólogo liberal, Daniel Cosío Villegas, atinó en la caracterización de este nuevo régimen cuando dijo que se trataba de "una monarquía absoluta, sexenal, hereditaria por vía transversal". 

Bajo este tipo de gobierno, el país se desarrolló económicamente y evitó la caída de México en regímenes militares de corte sudamericano y, en su contrapartida, las guerrillas radicales en el poder, tipo la Cuba de Fidel Castro.

Lo que nunca fue el régimen fundado por Calles fue ser democrático. Esa fue, por muchos años, la demanda incumplida de la sociedad mexicana.

Todo esto cambió en la década de los 90s del siglo pasado, cuando, de manera paulatina, se fueron creando una serie de instituciones electorales de nivel mundial que pudieron establecer un sistema confiable de calificación de las elecciones. Esto permitió la alternancia en el poder de diversos grupos y partidos en todos los niveles de gobierno: el federal, el estatal y el municipal. Se trató de una gran hazaña cívica que el actual gobierno en el poder ha tratado de cubrir en el oprobio.

Visto a la luz de este contexto histórico, lo que ha sucedido en los últimos meses en el Instituto Nacional Electoral (INE) y en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) es extremadamente preocupante. Lo que parece estar sucediendo es la captura paulatina por parte del régimen obradorista de ambas instituciones. 

En cuanto al TEPJF, lo que hemos visto es la remoción exitosa de un magistrado independiente como lo era Reyes Rodríguez Mondragón y su sustitución por una magistrada que es vista como aliada al obradorato, como lo es Mónica Aralí Soto Fregoso, quién, con tres votos a favor y dos en contra, habrá de presidir el TEPJF a partir del 1 de enero del 2024. Dada la importancia que habrá de tener este tribunal en el proceso electoral del 2024 y dada la presión que podría ejercer el gobierno para que sólo se declaren triunfadores a los candidatos oficialistas, habrá que poner mucha atención en la actuación del TEPJF bajo el nuevo liderazgo de la magistrada Soto.

Pero el problema no se detiene ahí. Tras la salida del anterior Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, hemos presenciado una especie de querella burocrática dentro de nuestro máximo órgano electoral. Por un desacuerdo entre, por un lado, la actual Presidenta del INE, Guadalupe Taddei Zavala y un grupo cercano a ella, y, por el otro, varios Consejeros electorales, no se han podido nombrar liderazgos en varios puestos clave del Instituto. La gestión de ellos la han estado realizando encargados de despacho. Muchos de esos puestos no se han cubierto porque las personas propuestas para cubrirlos no cumplen con el perfil profesional o son vistos como obvios aliados del gobierno.

Se trata del tercer intento por capturar a nuestras instituciones electorales, después de que una contrarreforma constitucional y el llamado Plan B hubieran sido rechazados por la sociedad civil, en gigantescas marchas de protesta en todo el país. De cualquier manera: muchos estaremos pendientes de que este tercer intento no culmine en el fin de nuestra democracia.

POR GUSTAVO DE HOYOS WALTHER

FUNDADOR DE SÍ POR MÉXICO Y UNID@S

@GDEHOYOSWALTHER

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