COLUMNA INVITADA

El inesperado desenlace de la COP 28

Recién se acaba de celebrar la COP 28 en Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos

OPINIÓN

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Javier García Bejos / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Recién se acaba de celebrar la COP 28 en Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos ,y alrededor de ella se suscitaron una serie de duros cuestionamientos en relación con la incongruencia de la sede elegida: una potencia petrolera como la anfitriona de un encuentro que tiene la intención de fungir como mecanismo de presión para acelerar acciones que mitiguen los impactos, que ya estamos padeciendo, del cambio climático, como consecuencia directa, entre otras cosas, del uso de combustibles fósiles. 

En paralelo a estas críticas y dudas, hacia el final de la cumbre, el presidente de esta edición, Amed Al Jaber, había hecho declaraciones muy puntuales respecto a la negativa de su país y otras naciones de la región en abandonar por completo el uso de fuentes de energía fósiles. Además, a principios de esta semana se filtró un borrador del supuesto acuerdo final en el que no se explicitaba un compromiso para ponerle fecha de caducidad a la dependencia del petróleo, del gas y sus derivados. 

En síntesis, nadie esperaba que la cumbre terminará bien. No obstante, al momento en que escribo estas líneas se ha dado a conocer que contra todo pronóstico, en el acuerdo con el que cierra la edición número 28 de la Conferencia de la Partes sí se plantea el abandono de los combustibles fósiles y por primera vez en la historia de esta encuentro global sobre la crisis del cambio climático, el gas y el petróleo son mencionados de manera textual. 

Sin duda es un logro que en términos de discurso se haya planteado el posible escenario de un mundo sin combustibles fósiles, tal cual lo dice el documento, cito: “hacer una transición en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la adopción de medidas en este decenio crítico, a fin de lograr el cero neto para 2050?. 

El responsable del área de cambio climático en la ONU, Simon Stiell, dijo que este era “El principio del fin”. 

El acuerdo con el que concluye esta edición ha sido bien recibido por los líderes que ahí participaron y por activistas y ecologistas, y aunque reconociendo sus deficiencias, como que no se establezcan metas ni fechas claras para el cumplimiento de ciertos objetivos, destacan que por primera vez los combustibles fósiles estén en el centro del debate y que se planteé dejarlos atrás. 

¿Estamos pues ante un precedente histórico para el avance en el proceso de transición energética? ¿Es este un paso adelante para la COP, que venía desde hace años con el espíritu de capa caída? ¿Este acuerdo significa por sí mismo, que los países que históricamente se han negado a acelerar el proceso de transición, ahora sí cumplirán con sus objetivos de descarbonización? 

Imposible tener una sola respuesta a estas preguntas, pero nunca está demás hacérnoslas, porque si algo ha quedado claro con este tipo de cumbres, es que la mayoría de las veces solo sirven como anecdotario de buenas intenciones. El tiempo nos dirá si los buenos deseos que salen de esta COP logran materializarse de alguna forma en cambios contundentes que impacten, principalmente a los más vulnerables en la crisis climática: los países pobres. 

Ojalá que sí, porque el cambio de rumbo ya no puede esperar más y ojo aquí, nuestro país es altamente vulnerable frente a la emergencia climática. El paso de Otis nos lo ha dejado muy claro. 

POR JAVIER GARCÍA BEJOS

COLABORADOR

@JGARCIABEJOS

MAAZ