DEFINICIONES

Vergüenza

Los cinco integrantes de la Sala superior del Tribunal Electoral son incapaces de convivir en el mismo espacio; no pueden sentarse en la misma mesa. Su vanidad se los impide

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Se salieron con la suya. Felipe de la Mata, Felipe Fuentes Mónica Soto, cada uno menos defendible que el anterior, lograron lo que en cualquier otro momento sería delicado, pero ahora –con la elección presidencial a la vuelta de la esquina- es todavía más preocupante: meter en una crisis al Tribunal Electoral.

La ambición de tres de cinco magistrados arrinconó al todavía presidente, Reyes Rodríguez Mondragón, que se quedó solo con el respaldo de la magistrada Janine Otálora, y a quien orillaron a renunciar.

La Institución, última instancia para dirimir denuncias y quejas, y responsable de calificar y validar el proceso electoral, está atrapada en una lucha de egos. Los cinco integrantes de la Sala superior son incapaces de convivir en el mismo espacio; no pueden sentarse en la misma mesa. Su vanidad se los impide. Su pleito infantil sería anecdótico, de no ser porque en sus manos está la legalidad del proceso electoral en curso.

De por sí el Tribunal se encuentra disminuido, pues el Senado ha sido incapaz de elegir a quienes ocuparán las dos vacantes que existen, y los cinco integrantes que quedan, están enfrentados entre sí. Mala cosa cuando la elección de 2024 está a menos de seis meses.

El pasado lunes, en reunión privada, el magistrado presidente aceptó renunciar, pero pidió hacer efectiva su salida a partir de enero. En realidad, desde días antes estaba fuera.

En la sesión del 7 de diciembre, en la que se desahogaron varios casos, Felipe Fuentes pidió añadir como último caso analizar la separación de Reyes Rodríguez. El presidente del Tribunal trató de ganar tiempo. Pidió espacio para reflexionar su decisión. Pero ya lo habían echado.

“La presidencia de este Tribunal no debe ser vista como un derecho o un feudo, en realidad es una responsabilidad y un privilegio otorgado por sus pares. Por eso, cuando sus voces reflejan en mayoría inconformidad al considerar incorrecto el cause al que se dirigen los actos de su presidente, es imperativo que éste se separe de las responsabilidades que le fueron otorgadas”, dijo Fuentes.

“Señor presidente, dé un paso a un lado y regrese a ser digno integrante de este pleno", señaló Soto.

“Hoy el presidente de este tribunal no tiene gobernabilidad, una mayoría rechaza su liderazgo", afirmó De la Mata.

La salida de Reyes Rodríguez era cosa de tiempo.

Casi a la medianoche del lunes 11 de diciembre, y tras un mar de rumores, el magistrado presidente reveló en un escrito en sus redes sociales que su renuncia se haría efectiva a partir del 31 de diciembre “para evitar más incertidumbre” en el organismo. Demasiado tarde: la incertidumbre ya se apoderó del Tribunal... y de la próxima elección.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN

M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM

@MLOPEZSANMARTIN

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