En el proceso electoral, el sector privado debe impulsar el diálogo con quienes aspiran a gobernar, en un marco de respeto mutuo y anteponiendo los intereses de México.
En el proceso electoral, tanto la coalición oficialista como la de oposición presentaron a los personajes que coordinarán y participarán en las mesas para dialogar con los sectores del mosaico nacional.
Un tema clave para el sector privado es cómo las hoy aspirantes, incluirán en sus agendas los temas más apremiantes para el desarrollo de México. Es claro que la violación al Estado de Derecho, la erosión institucional, la inseguridad, y los conflictos con nuestros socios comerciales ponen en riesgo el futuro nacional. Atender esto, debería ser el mínimo compromiso de quien busque llegar a la presidencia.
Desde hace tiempo he insistido que con los gobiernos no debe existir ni confrontación ni sometimiento, sino colaboración para encontrar los puntos comunes que ayuden al país.
Lo mismo sostengo ahora a propósito de las conversaciones entre los equipos de campaña y los diferentes representantes del sector privado: ni aplausos ciegos o exigencia sorda de una parte, ni promesas vacías o expectativa de silencio acrítico de la otra.
Ahí es donde el sector privado tiene mucho por hacer.
De poco sirve que abunden estudios, recomendaciones o manifiestos, si éstos no permean a la próxima administración. Tampoco es útil asumir como logro que un candidato o candidata asista a un evento y formule promesas efímeras.
Lo que ha fallado es la unidad para que, de manera colectiva, el sector privado establezca un mapa de ruta para el diálogo y colaboración con los futuros gobernantes y, a la vez, genere sus propios compromisos. No es hora de manos temblorosas, sino de decir con respeto, pero con contundencia, qué creemos que necesita el país, y cómo podemos avanzar juntos en unidad con la próxima administración, gane quien gane.
Preocupante es, por ejemplo, que estemos a dos años de la revisión del T-MEC, en un escenario en que Trump podría ganar y cancelar el tratado ante las reiteradas violaciones de México en materia de biotecnología o energía. Esas son las batallas comunes que deberíamos dar.
Pero en lugar de unidad y contundencia, el sector empresarial de todo el país no se siente representado por la cúpula nacional; y ve con frustración los ataques sistemáticos a las instituciones, el deterioro en educación, salud y seguridad, ante el silencio cómplice de nuestro representante nacional.
Ya deberíamos saber que la cercanía con el poder, poco ayuda y mucho daña al sector privado.
CUMULONIMBOS.
Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas. Albert Einstein.
POR BOSCO DE LA VEGA
COLABORADOR
@BOSCODELAV
PAL