EN LOS MARES DE LA EDUCACIÓN

El Conalep, 45 años después

Uno de los principales desafíos en el Colegio era el rezago de habilidades fundamentales con que ingresaban los estudiantes

OPINIÓN

·
Antonio Argüelles / En los Mares de la Educación / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Nunca voy a olvidar la primera vez que vi los mares de la educación. A diferencia de mi primera visita a la costa, a los mares de la educación me acerqué no por voluntad propia, sino porque me confiaron —muy a mi pesar, inicialmente— la enorme responsabilidad de dirigir el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica, el Conalep.

El fin de semana pasado tuve la oportunidad de regresar al lugar de ese primer encuentro, que me cambió la vida. El motivo de la visita fue la invitación de Manuel Espino, director general del Colegio, a la celebración del 45 aniversario de la institución, fundada en diciembre de 1978.

Recorrí los espacios con algo de nostalgia, como cuando uno regresa a la escuela donde forjó sus primeras amistades. El edificio de las oficinas centrales sigue casi idéntico, incluidos su escultura y su mural. 

Sin embargo, lo que más gusto me dio fue escuchar los logros del Conalep en sus 45 años de existencia. En sus intervenciones, los oradores del evento mencionaron que, en este periodo, se han graduado 1.8 millones de jóvenes y se han alcanzado más de 320 planteles en todo el país.

También se habló de los numerosos retos que aún quedan por delante, y ése fue el tema central del segmento en que me tocó participar. En mi reflexión, puse sobre la mesa tres asuntos a los que di prioridad en mis épocas, pero cuya vigencia se mantiene.

Entonces, uno de los principales desafíos era el rezago de habilidades fundamentales con que ingresaban los estudiantes. Por ello, pusimos en marcha programas compensatorios de matemáticas y español. Como alertan los resultados recién publicados de la prueba PISA, hoy los programas de este tipo son más pertinentes que nunca, sobre todo en la educación profesional técnica.

En segundo lugar, hablé sobre los esfuerzos que hicimos para formar a los 14 mil docentes que había en mis tiempos en el sistema. El proceso de formación y capacitación debe ser constante. Lógicamente, mientras más herramientas tengan los maestros para respaldar y acompañar a sus estudiantes, más probabilidades de éxito tendrán.

Mi última sugerencia quizá sorprendió a algunos: los baños. Recordé cómo, cuando asumí el cargo, los escusados estaban destrozados, las paredes garabateadas con grafiti y las tuberías obstruidas. En todos los planteles del sistema, los ban~os eran una vergüenza. La calidad educativa no basta. También es necesario garantizar un entorno en el que los estudiantes puedan aprender en condiciones dignas. Entonces, como ahora, estoy convencido de que el Conalep lo puede lograr.

POR ANTONIO ARGÜELLES

COLABORADOR

@MEXICANO_ACTIVO

PAL