TODOS SOMOS MÉXICO

Derechos para todos

Tenemos que repasar la historia para asombrarnos con ella y, con frecuencia, darnos cuenta de que no hemos avanzado mucho

OPINIÓN

·
Mauricio Farah / Todos Somos México / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Tal vez la primera defensa pública de los derechos humanos en estas tierras de América la hizo el fraile Antonio Montesinos en 1511. Todavía no se cumplían 20 años de la llegada de Cristóbal Colón y faltaban ocho años para el arribo de Hernán Cortés, cuando ya los nativos tenían un defensor.

Reclamaba Antonio Montesinos, según consigna fray Bartolomé de las Casas: “¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y mueren, y mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día?”(1)

Poco, pero algo lograron estos alegatos, al expedirse las Reales Ordenanzas para el buen Regimiento y Tratamiento de los Indios, que reconocieron “la libertad natural de los hombres de las Indias”, aunque éstos debiesen someterse a la corona. 

Las discusiones, que incluían el debate de si los indios tenían alma o no, continuaron hasta que en 1551 Carlos V convocó a la Junta de Valladolid, integrada por 14 teólogos y juristas expertos en ley canónica. 

¿Era justa o injusta la guerra contra los pueblos de América como forma de conquista y expansión de cultura y religión? ¿Se legitimaba o invalidaba el uso de la fuerza y el derecho de dominio español?

El teólogo y cronista imperial Juan Ginés de Sepúlveda lideraba la postura por el sometimiento de los indígenas, dada la superioridad cultural de los españoles.

Frente a él, el fraile Bartolomé de las Casas combatía los abusos y reclamaba para los habitantes de América los mismos derechos que los de los españoles: la universalidad, en contra de los argumentos excluyentes de Sepúlveda.

La controversia no alcanzó un acuerdo, pero a partir de entonces la corona dictó normas para frenar los abusos, como la Protectoría de Indios, una especie de defensor del pueblo para las etnias del Nuevo Mundo.

Algunos consideran este avance como “un laboratorio de los derechos del hombre”, porque además ocurría en 1552, más de doscientos años antes de las declaraciones libertarias e igualitarias de Estados Unidos y Francia en el siglo XVIII.

Después de la Junta, que dio pie, interpretamos ahora, al reconocimiento de la universalización de la dignidad humana, la conquista por la vía militar desapareció y se dio preeminencia a la figura de la encomienda, que mejoró, aún cuando muchos de sus males persistieron. 

Para algunos es insólito que los españoles se preguntaran si los originarios de América tenían alma; en todo caso no es más insólito que lo que creían algunos nativos: que los españoles tenían naturaleza divina. Ni lo uno ni lo otro nos agobia ahora, porque lo que prevalece es el reconocimiento de la igualdad en derechos de todas las personas, lo que fuimos entendiendo a lo largo de los siglos.

Y no tan bien. Aún ahora, cuando nos percibimos más sensatos, modernos e igualitarios, con frecuencia nos da por sentirnos superiores o inferiores a otros, ya sea por pureza moral, ventaja intelectual, abundancia económica o ascendencia étnica. 

Tenemos que repasar la historia para asombrarnos con ella y, con frecuencia, darnos cuenta de que no hemos avanzado mucho, y que ciertos atavismos sobreviven, muy a pesar de nuestra supuesta nueva conciencia de igualdad para todos.

Reconocerlo es importante, porque sólo así nos empeñaremos en hacer un esfuerzo consciente y constante por respetar, proteger y defender los derechos de todas las personas. De todas, no solamente de que aquellas que validamos como afines o sólo de las que comulgan con nuestras ideas.

(*) Especialista en derechos humanos.

(1) Lectura recomendada: Universalidad en disputa: la lógica de la dominación cultural en el Debate de Valladolid,en SciELO México.

POR MAURICIO FARAH

ESPECIALISTA EN DERECHOS HUMANOS.

@MFARAHG

EEZ