Acudo al menos una vez por semana a alguna sucursal de El Bajío en la Ciudad de México. Es la mejor garantía para consumir buena comida mexicana en medio del día de trabajo y hacerlo eficientemente: atienden rápido, cocinan delicioso y con la mejor calidad.
El Bajío es la quintaescencia de lo que somos: cultura a través de la gastronomía tradicional.
El Bajío es resultado del tenaz esfuerzo de Carmen Titita Ramírez Degollado, quien capturó la mejor concentración de sabores mexicanos y los puso en un menú replicable desde su primer restaurante en Clavería, Azcapotzalco. Su crecimiento como cadena de restaurantes surgió de la mente estratégica de su hijo, el exbanquero Raúl Ramírez, quien se dio a la tarea de aplicar la fórmula en las varias sucursales donde fue creciendo y se hizo socio de personajes tan relevantes como el empresario hispano mexicano Lino de Prado, quien por años vivió entre México y España, y que en años recientes se avecindó en Madrid.
Todo lo anterior ha permitido la mejor noticia de la semana para la gastronomía nacional: El Bajío abrió en Madrid, en el barrio de Chamberí, descrito en la prensa española como “una sala en tonos cálidos, con muebles tapizados en ocre, y decorada con una impresionante colección de espejos en mil formatos y en perfecta sincronía”, según se puede leer en el diario de negocios español Informalia.
Toda la familia de El Bajío está de fiesta. Y cómo no. Pero el país entero debería estarlo. Con esta apertura y su seguro éxito Titita ha pasado de ser la embajadora de la gastronomía nacional, a la Reina, y curiosamente ha desembarcado con esa categoría en un país acostumbrado a la monarquía.
De hecho, el pretexto típico de los restauranteros mexicanos en España, la carencia de los ingredientes necesarios para elaborar allá nuestros platillos, parece haberlo desvanecido para siempre, porque el menú madrileño incluye panuchos, garnachas, tacos de carnitas, mole, empanada de plátano y todo tipo de antojitos con los que hemos crecido de este lado del Atlántico.
Larga vida para El Bajío Madrid y todo lo que de esta incursión se derive. Es cierto, Titita se suma a otros restauranteros mexicanos que en el último lustro abrieron decenas de locales en la Península Ibérica (como Pancho Cheschistz, de Los Panchos, que abrió Cícero en el barrio de Salamanca); pero lo hace con el estatus señorial que le da tener más de 50 años cocinando carnitas y barbacoa como los grandes. México, además, necesitaba proclamar una Reina.
AZTLÁN
La empresa de gestión de portafolios Aztlán Equity Management, que dirige Alejandro H. Garza Salazar, lanzó el primer ETF focalizado en nearshoring: el Aztlán North America Nearshoring Stock Selection. Ya fue listado en Nueva York. El instrumento fue diseñado con inteligencia artificial.
POR: CARLOS MOTA
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