Quien afirme que es experto en trenes de pasajeros en México está mintiendo. En este momento resulta muy difícil prejuzgar como buena o mala la idea del presidente Andrés Manuel López Obrador de hacer renacer toda una red ferroviaria en el país para dar el servicio a pasajeros en las mismas vías en las que corren los trenes de carga.
Ayer AMLO anunció que publicará un decreto al respecto, y que invitará a las actuales empresas concesionarias a materializar estos ambiciosos proyectos, so pena de que, de negarse, otras empresas o el Estado lo harán. Las empresas más importantes de trenes de carga actuales son Ferromex y Canadian Pacific Kansas City.
Que en México renazca el tren de pasajeros se escucha bien, porque muchas personas hemos utilizado trenes en España, Suiza, Japón, Corea del Sur o Alemania, y nos hemos maravillado de su conveniencia. Pero todos esos países son mucho más pequeños en territorio que el nuestro, lo cual de inicio es una diferencia importante. Otro tema relevante es que el modelo de transporte mexicano en realidad se asemejó en su desarrollo al de Estados Unidos.
Se privilegió la red carretera y los aeropuertos, en gran medida por las enormes distancias. Esto podría originar que, incluso en la presencia de trenes de pasajeros, una persona siga prefiriendo ir de la CDMX a Guadalajara en 50 minutos, volando; o en una de las muchas corridas de autobuses que a diario salen de la capital.
De manera que el gran desafío para la idea de los trenes de AMLO es si puede ser rentable o no. Los trenes son caros; y las vías actuales tendrían que modernizarse y electrificarse (además de construirse estaciones). Esto conllevaría dos grandes problemas: uno, durante la adecuación de la infraestructura, que puede tardar años y representar una pesadilla para el comercio bilateral con Estados Unidos que se transporta por los actuales trenes de carga. Y el otro, la operatividad una vez concluidos los proyectos, donde habría problemas como el tráfico, la velocidad, los itinerarios y la convivencia de ambos tipos de tren.
Alemania destina alrededor de 13 mil millones de dólares anuales en subsidios a su sistema ferroviario.
Prácticamente todos los gobiernos del mundo donde hay sistemas ferroviarios destinan subsidios por cantidades gigantes. Ese será el mayor desafío del próximo gobierno de México si continúa la idea de AMLO.
Y el problema será que difícilmente las empresas privadas querrán entrar al negocio, por lo que el Estado podría estar construyendo el más profundo de todos los barriles sin fondo.
VOLKSWAGEN
La empresa alemana que encabeza aquí Holger Nestler disparó sus ventas 123 por ciento en octubre. Solo Bentley superó esa tasa, pero es totalmente otro segmento. Al parecer la estrategia de la alemana podría iniciar una fuerte ruta de crecimiento. Ojalá.
POR: CARLOS MOTA
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