Noviembre se viste con colores vibrantes y aromas nostálgicos en México. Es un mes donde la muerte se celebra con vida, donde las calles se adornan de cempasúchil y las familias se unen en torno a ofrendas llenas de recuerdos. El Día de Muertos es una celebración que trasciende fronteras, mostrando al mundo el profundo respeto y cariño con el que los mexicanos honramos a nuestros seres queridos que ya no están físicamente con nosotros.
Pero, ¿por qué son tan importantes las tradiciones? ¿Por qué, a pesar del paso de los años y el avance tecnológico, seguimos aferrados a rituales que vienen de siglos atrás? La respuesta yace en la capacidad que tienen las tradiciones para conectar nuestro pasado con nuestro presente, para brindarnos un sentido de pertenencia y para enriquecer nuestra identidad.
La tradición no es meramente una repetición de ritos, es un vínculo con nuestros ancestros, con nuestra cultura y, en última instancia, con nosotros mismos. Las tradiciones nos aportan un marco de referencia, un sentido de continuidad y una guía moral que nos ayuda a navegar en un mundo en constante cambio.
Pero más allá de las grandes tradiciones colectivas, como el Día de Muertos, todos tenemos la capacidad de crear nuestras propias tradiciones individuales, aquellas que nos ayudan a crecer como personas y profesionistas. Estas "micro tradiciones" pueden ser rituales diarios, semanales o anuales que nos ayuden a reflexionar, a fijar metas, o simplemente a apreciar lo que tenemos.
Por ejemplo, podemos establecer la tradición de dedicar unos minutos al día para meditar sobre nuestros logros y desafíos, para así trazar un camino claro hacia dónde queremos ir. O quizá adoptar la costumbre de escribir nuestras metas al inicio de cada año y revisarlas cada mes, reconociendo nuestros avances y adaptándonos a los cambios.
En el ámbito profesional, estas tradiciones pueden traducirse en rituales que fomenten la excelencia, la innovación y el trabajo en equipo. Desde reuniones semanales donde se reconozcan los logros del equipo, hasta la creación de espacios donde se fomente la creatividad y el intercambio de ideas.
En esencia, las tradiciones, ya sean colectivas o individuales, tienen el poder de conectar, inspirar y guiarnos. Nos recuerdan de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde queremos ir.
Así como el Día de Muertos nos conecta con nuestros seres queridos y nos recuerda la importancia de celebrar la vida, nuestras tradiciones personales pueden ser faros que iluminen nuestro camino, impulsándonos a ser mejores personas y profesionistas.
Así que, en este noviembre, mientras celebramos con orgullo una tradición tan rica y hermosa como el Día de Muertos, recordemos también el poder que tienen las tradiciones en nuestra vida diaria y busquemos esas "micro tradiciones" que nos ayuden a construir un futuro más brillante para nosotros y para las generaciones venideras.
POR MICHELLE FERRARI
Michelle.ferrari@greatculturetoinnovate.net
IG: @michferrarib
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