Sendos minutos discurrieron en la mañanera para que López Obrador explicara cómo determinaron, de entre otros víveres, llevar huevos a Guerrero. Increíble que este sea un problema de —y para— la Marina, cuando empresas como Bachoco entregan 417 toneladas de huevo diariamente en todo el país.
Así que mejor no hablemos de huevos o blanquillos, sino directamente de la falta de voluntad y de eficacia para afrontar la tragedia que ha dejado a 47 municipios de Guerrero destrozados (importan sus cientos de miles de damnificados, evidentemente).
No hablemos de la forma en que el Ejecutivo Federal puede enredarse —o fingir que se enreda— en un tema de logística de huevos cuando lo que se requiere es que en la declaratoria de desastre natural no solo se encuentre Acapulco y Coyuca de Benitez, sino los otros 45 municipios que fueron desaparecidos de la misma y que por cuanto a población suman el mismo número de personas que habitan solo en el puerto.
Señalemos que los 61 mil millones de pesos prometidos a Acapulco y Coyuca son insuficientes, que se requerirá cuatro, cinco o hasta seis veces más de ese monto. Que mismo los millones anunciados serán bastante menos, pues en esa cifra se toma en cuenta la exención de impuestos y del pago de electricidad de los acapulqueños. Lo primero de cualquier forma es imposible de cobrar; la gente se ha quedado sin trabajo y/o se mueve en el sector informal de la economía. Por cuanto a lo segundo, son muchos, miles, quienes han perdido sus hogares o sus negocios; tardarán meses, si no es que años, en poder volver a levantarse. Para ellos, hablar de exención en el cobro de luz es ocioso. Para el resto, no distinguir entre quienes sí pagaban con anterioridad y los que se beneficiaban del servicio sin pagar por este, es injusto.
Señalemos la miseria de los diputados de la 4t quienes, ante la tragedia, al momento aún no se han dignado modificar el PEF 2024 para incluir apoyos e inversiones extraordinarias para Guerrero. El Tren Maya, Dos Bocas y el AIFA, por su parte, siguen teniendo unos presupuestos ingentes para llegar a ser operativos.
Mejor hablemos de que la directora de protección civil, Claudia Velázquez, falló de todas todas en su responsabilidad (hablo de después del impacto del huracán).
No, mejor no hablemos de huevos. Hablemos de la falta de compromiso de la 4t con los más pobres. Cualquier gobierno es responsable de su población, pero en este caso debería también haber empatía del gobierno del estado y del municipal hacia quienes votaron por Morena. En su momento, la mayoría de los guerrerenses votaron por López Obrador y refrendaron su amor al votar por una gobernadora emanada de la 4t al igual que los alcaldes. ¿Será que así entiende Morena aquello de “amor con amor se paga”?
No olvidemos que Evelyn Salgado, gobernadora morenista de Guerrero, no ha dicho nada ante la falta de recursos para su estado, tampoco al respecto de la desaparición de 45 municipios de la declaratoria de desastre.
Acapulco se encuentra en ruinas, pero el presidente anuncia que pasará su 70º cumpleaños en Sonora con los yaquis. Y si bien aclara que no hará fiesta, mejor sería que declarara a los 47 municipios como zona de desastre y ordenara dar apoyos reales a los damnificados.
Pa’ huevos, los de Bachoco (o de San Juan o de Tehuacán). Para hablar de ellos, que no falten ni en Acapulco ni en todos los municipios aledaños que fueron azotados por OTIS y ahora por el gobierno federal. Para falta de ellos, hablemos de las autoridades. De un presidente que desestimó una marcha que, con muchas dificultades, partió hace dos días de Acapulco para llegar a la Ciudad de México a expresar su malestar.