Después del resultado no tan alentador que tuvimos en el 2021 -desde mi punto de vista un tanto coyuntural-, hoy el proyecto de Morena y el movimiento de transformación nacional tiene en la ciudad de México uno de sus mayores retos hacia el 2024.
En aquel momento muchos factores, externos e internos influyeron en el resultado, entre otros: dos años de pandemia previos a la elección, (la propia elección se desarrolló durante la pandemia por Covid-19); el terrible accidente en la Línea 12 del Metro; la falta de un partido bien organizado que realmente realizara su labor, sumado a la influencia, no menor, de los medios de comunicación en una ciudad como la nuestra.
De hecho, el impacto de la infodemia fue mayúsculo ante el vacío y ausencia de movilización del propio torrente del partido que ha mantenido a la izquierda gobernando desde hace 25 años en esta ciudad, además de algunos perfiles inadecuados de diversas candidaturas en alcaldías y diputaciones.
Muchos de estos temas no estarán presentes rumbo al 2024: ya no hay pandemia, contamos con mucha más organización del partido sin olvidar que las palabras clave deben ser UNIDAD y ORGANIZACIÓN en todo el país, pero sobre todo en la ciudad de México para que ninguna persona o militante que apoya la continuidad de la transformación se abstenga de estar activo de aquí al primer domingo de junio del 2024.
Hoy, ya más robustos, estamos ante un proceso interno que genera mucha expectativa, contamos con un partido que organiza comités y ha despertado a ese gran movimiento que parecía dormido en el 2021.
La clave está en que nuestro movimiento no se desmovilice, radica en que los participantes del mismo estén activos, y no sólo regresen a sus casas a esperar los resultados como espectadoras o espectadores del 2024. No debemos dudar del movimiento que desde 1997 ha demostrado su competencia política y capacidad para entusiasmar a la mayoría de la sociedad mexicana, obteniendo victoria tras victoria.
La clave está en que haya entusiasmo además de organización de la mano de la mayoría de los habitantes de la ciudad que estoy seguro respaldan la transformación, y además, apoyan al presidente Andrés Manuel López Obrador; respaldaron a la doctora Claudia Sheinbaum como jefa de Gobierno y hoy como nuestra Coordinadora Nacional de la Defensa de la Cuarta Transformación, y avalan la actual gestión del jefe de gobierno Martí Batres, como lo indican los números y las encuestas.
Bajo este escenario considero fundamental la capacidad organizativa y experiencia con la que cuenta Clara Brugada para mantener al movimiento vivo, enérgico, audaz, decidido, resuelto, y activo.
Primordial será también la expectativa que se genera en torno a su persona como alguien que representa al movimiento y que puede gobernar esta ciudad.
De hecho, el nombre y prestigio de la ex alcaldesa que gobernó la cuarta parte de nuestra ciudad, con el segundo municipio con el mayor número de habitantes, será esencial para concretar la victoria en el 2024.
El próximo viernes sabremos quién encabezará los esfuerzos de la transformación de la ciudad; y estaremos tranquilos, sin lugar a dudas, si esa responsabilidad recae en Clara Brugada.
Sé que nuestro movimiento volverá a triunfar en la Ciudad de México, por eso digo que Clara ganará.
POR CÉSAR CRAVIOTO ROMERO
SENADOR DE LA REPÚBLICA POR LA CIUDAD DE MÉXICO
@CRAVIOTOCESAR
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