La tragedia de Guerrero y especialmente de Acapulco y zonas aledañas, ha exhibido que fue un error extinguir el Fondo de desastres Naturales, además de una cadena de actos irresponsables de parte de las autoridades, porque decidieron no alertar a la población y mucho menos evacuarlos con la gracia de los reportes anticipados que tuvieron.
Nuestro país es reconocido a nivel mundial como un lugar con mecanismos altamente efectivos para lograr la protección civil ante desastres provocados por sismos o fenómenos meteorológicos y esto no ha sido gratuito, sino que se debe a la experiencia acumulada de tragedias que hemos experimentado en diversas regiones de la nación; de ahí el reproche al gobierno de Morena –que coincide en los tres niveles en Acapulco-, porque tuvieron reportes confiables que avizoraban la desgracia y se quedaron paralizados.
Si, el huracán no es culpa de la 4T, pero si son responsables de la manera en que se plantea una estrategia para mitigar los estragos materiales y mortales que resultaron por sus omisiones. No quisieron aplicar una adecuada planificación de respuesta a eventos como un huracán.
Debieron contar evaluaciones exhaustivas de los riesgos existentes en la región que podrían ser afectados por los vientos huracanados. Debieron identificar áreas propensas a inundaciones, deslizamientos de tierra, vientos fuertes y otros peligros relacionados con huracanes; con el propósito de proteger a los habitantes y población flotante de Acapulco.
Resulta criminal que no haya existido un plan de evacuación que identifique las rutas de escape, los refugios temporales y los procedimientos para garantizar suministros esenciales como alimentos, agua, medicamentos y equipo de primeros auxilios en lugares estratégicos para su distribución inmediata después del huracán.
Hablan de una disposición inmediata de 61 mil MDP, pero ¿cuál es su parámetro para hacer ese cálculo? ¿por qué no 59 mil MDP o 65 mil MDP o mucho más? Después del huracán, se deben realizar una evaluación detallada de los daños en infraestructura, viviendas y recursos naturales para determinar la magnitud del desastre y si han exhibido pocas habilidades para manejar las urgencias inmediatas para los damnificados, dudo que tengan una cifra que con certeza y objetividad cuantifique la gravedad de la devastación.
En la Cámara de Diputados daremos la batalla en el diseño del presupuesto 2024. A pesar de que el oficialismo insensible ha hecho caso omiso a cualquier modificación, es importante incluir un fondo de contingencia que permita una respuesta rápida a desastres naturales.
Estos fondos se utilizarán para financiar operaciones de respuesta y rehabilitación. La representante del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez lo anticipó: PRI, PAN y PRD estamos unidos para exigir recursos suficientes para mitigar la tragedia.
POR LORENA PIÑÓN RIVERA
DIPUTADA FEDERAL
@lorenapignon_
MAAZ